Valencia

Ingo Schmidinger tiene su oficina en Vilamarxant, y nadie sería capaz, sin conocerlo, de adivinar a qué se dedica. Allí está la sede de iScapes, una consultora que ofrece servicios para el bienestar animal. La conforman Nuria Maldonado y él, que son marido y mujer. Desde este municipio valenciano realizan "la parte más difícil del trabajo, la de gestionar las personas y la burocracia". "Casi siempre, lo más sencillo es tratar con los animales", explican ambos a EL ESPAÑOL.

Él es cuidador de animales, un título de formación profesional existente en Alemania, su país natal. Ella es ambientóloga. Se conocieron entre elefantes, en el zoo de Terra Natura. Y el servicio que ofrecen ahora para paquidermos es la parte más llamativa de su trabajo. Ingo es uno de los pocos profesionales en el mundo especializado en entrenar a los elefantes para volar en avión.

¿Y para qué necesita un elefante coger un avión? "Para volar hasta a un santuario", explican. El grueso de los traslados en los que han trabajado consisten en entrenar al animal para que sea capaz de volar hacia su nueva vida en "un entorno de semilibertad" después de años en malas condiciones, generalmente en un zoo.

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iScapes existe para proyectos de este tipo. El nombre es el acrónimo de International Species Conservation and Animal Protection Expert Service (servicio experto internacional de conservación de especies y protección animal).

Ante la peculiar necesidad de transportar en avión un elefante, ahí está iScapes. Ingo se ha cruzado el mundo en varias ocasiones para acudir a trabajar durante semanas o meses con paquidermos que necesitan volar hacia una vida mejor.

Uno de los proyectos más vistosos en los que ha intervenido fue el rescate de Kaavan, un elefante asiático macho. Trabajaba entonces para la organización Four Paws, y la iniciativa la sufragaba el proyecto filantrópico de la cantante CherFree the Wild. Consistió en trasladar al ejemplar de Pakistán a Camboya.

Kaavan vivía en muy malas condiciones en un zoo de Islamabad. La presión de las ONG, entre ellas la de Cher, llevó a las autoridades a cerrar el zoológico. Y ocurrió lo de siempre: la reubicación de los animales fue relativamente sencilla, pero con una enorme excepción: la del elefante. La solución pasaba por volar hasta Camboya. "Costó 500.000 dólares", recuerda. El grueso del gasto fue el vuelo.

¿Y cómo se enseña a un elefante para volar en avión? Tan sencillo y tan complejo como acostumbrándolo a entrar en un contenedor, permitir que le cierren la puerta y alimentarse con normalidad en su interior. "Es complejo porque los elefantes jamás harían eso de forma espontánea", subrayan. Conseguirlo pasa por lograr que tolere todos los golpes y los ruidos propios de la aeronave.

Foto del avión ya cargado con el contenedor del elefante. EE

iScapes trabaja con los elefantes mediante la técnica de "contacto protegido". Consiste en interactuar con el ejemplar a través de unas grandes rejas que le permiten acudir en libertad, cuando lo desea.

La valla puede parecer un obstáculo frente a otras técnicas como la del contacto directo, pero esta última es mucho más invasiva al requerir el sometimiento del animal. Porque cualquier descuido con un elefante puede resultar mortal, debido a sus grandes dimensiones.

Ingo se gana la confianza de los elefantes mediante el ofrecimiento de recompensas, "Aprenden enseguida, se comportan bastante parecido a los perros, son muy receptivos y sociables", explican.

Puede costar hasta tres meses, pero en el caso de Kaavan, el aprendizaje duró solo un mes. "Por la noche me dedicaba a la burocracia, a elaborar un plan de transporte con el gobierno, un protocolo de emergencia, a definir los veterinarios necesarios...", recuerda.

Otro caso con final feliz fue el traslado de dos elefantas, Pocha y Guillermina, desde el zoo de Mendoza, en Argentina, a un santuario de Brasil.

En cambio, otro proyecto auspiciado por Cher, el de la elefanta Lucy -de un zoo de Canadá en el que llega a soportar temperaturas de menos 30 grados-, no termina de salir adelante "pese a la presión social".

No es el único caso de bloqueo por razones administrativas o políticas. Ingo también ha realizado el entrenamiento con Tamy, un elefante asiático macho, para su traslado también desde el zoo argentino de Mendoza. En este caso es el cambio de gobierno el que provoca la demora. 

Además del traslado de elefantes, iScapes ofrece muchos otros servicios para el animal, como el cuidado de sus patas mediante la reseñada técnica de "contacto protegido".

Pese a que cuestionan la concepción tradicional de los zoológicos, Ingo y Nuria asumen su existencia y trabajan con ellos, precisamente para mejorar la calidad de vida de los animales que en ellos habitan.