La Policía Nacional halló en 2013 en la anterior casa de Don Alfonso López, el canónigo de la catedral de Valencia estrangulado por un supuesto amante, a un hombre muerto de nacionalidad rumana que había conocido en la calle.
Según la información publicada este miércoles por el diario Levante-EMV, el sacerdote llamó al 112 al comprobar que su amigo tenía dificultades para respirar. Al parecer, la víctima, de nacionalidad rumana, sufrió un infarto en la anterior vivienda de Don Alfonso y su cuerpo fue encontrado en ropa interior.
El fallecido no llevaba documentación que le identificara y su ropa estaba sobre una silla, según el citado medio.
Esta vivienda de Don Alfonso se encontraba en la calle Gobernador Viejo, a muy pocos metros de donde vivía cuando fue asesinado hace dos semanas, en la calle Avellanas 22. El suceso se produjo cuando Don Alfonso todavía no era canónigo de la catedral.
La Policía no ha informado sobre el hallazgo de este cadáver y el Arzobispado de Valencia, a preguntas de EL ESPAÑOL, aseguró desconocer esta nueva información de la vida del sacerdote.
El titular del Juzgado de Instrucción 3 de Valencia, en funciones de guardia de incidencias, decretó el pasado día 27 de enero el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, del detenido por la muerte de un canónigo de la Catedral de la ciudad.
El hombre, de 40 años y de origen peruano, es el presunto asesino de don Alfonso López Benito, de 85 años, cuyo cadáver fue hallado el pasado martes en su vivienda de la calle Avellanas.
El sacerdote, que ayudaba a jóvenes sin recursos, murió asfixiado en su cama. El arrestado se llevó su móvil y sus tarjetas de crédito, que usó en un bar.
La investigación recoge que don Alfonso mantenía supuestas relaciones sexuales con las personas que conocía por las calles de Valencia, la mayoría jóvenes vulnerables de origen extranjero. Así lo habrían trasladado a los agentes los testigos conocedores de esta situación después de que el portero encontrara el cuerpo semidesnudo en su cama y con signos de estrangulamiento.
Encuentros
Los jóvenes pasaban varias horas en el interior del domicilio, o incluso varios días, como es el caso del supuesto autor del crimen.
La Policía Nacional ha investigado el móvil del crimen y la relación entre la víctima y el detenido. Varios testigos le sitúan en los últimos días en la calle Avellanas, pues fue visto la semana pasada y la Policía ha confirmado que retiró dinero de sus cuentas tras el crimen con una tarjeta de crédito.
No era la primera vez que don Alfonso tenía problemas con los jóvenes que subía a casa. Otro de ellos, este de unos 20 años y de nacionalidad rumana, amenazó al sacerdote hace dos años por una deuda que le reclamaba y el portero declaró que se vio obligado a llamar a la Policía, según contaron los vecinos inmediatamente después del hallazgo.
Los hombres con los que se relacionaba don Alfonso eran personas vulnerables y sin recursos, muchos de ellos aparcacoches, a los que ofrecía su ayuda y supuestamente acababa manteniendo relaciones sexuales, según la información que manejan los agentes.
"A veces venía gente, muchos de ellos adictos que sufrían el síndrome de abstinencia, con malas formas y gritando dónde estaba el cura", manifestó en los últimos días a este periódico uno de sus vecinos.