Este es el triste escenario en el que ha derivado la distribución de las aportaciones altruistas de los ciudadanos. Como reveló EL ESPAÑOL en marzo, los propietarios de las viviendas advirtieron de dos circunstancias en una junta de vecinos celebrada en dicho mes: la aparición de campañas no oficiales y el destino que tendrían los fondos.

Por un lado, alertaron a los presentes en aquel foro de que habían surgido hasta nueve recaudaciones paralelas a la considerada como oficial. Del total, seis explican de forma explícita que se trata de fondos que irán destinados a cinco particulares afectados por las llamas -hay dos con destino a la misma vecina-.

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Ninguno de estos seis anuncios especifica que se trate de propietarios de las viviendas, por lo que parece que se trata de vecinos alquilados. La más agraciada es la creada para José Antonio y María Eugenia, que ha captado 17.683 euros.

La segunda vecina más beneficiada es Christina de Vries, con dos recaudaciones de 5.340 y 2.725 euros, respectivamente. Tras ella se encuentra la destinada a Berte Fleissig, con 7.044 euros; y las de Anastasiya Papenkova (4.625 euros) y Glory Yadira Requena (1.713). Las seis campañas suman los mencionados 39.130 euros en Gofundme.

Por otra parte, los propietarios manifestaron en la mencionada junta que los fondos recaudados por el crowdfunding principal, el impulsado "por Sergio y Violeta, que son de la Falla l'Antiga de Campanar", se destinaría a la reconstrucción del edificio.

Precisaron también que habían oficializado su iniciativa por registro de entrada en el Ayuntamiento de Valencia, y que operaban en colaboración con Valientes, una ONG del barrio que ayuda a los afectados desde la noche del incendio.

Detalle del fuego en el edificio. Efe / Manuel Bruque

Esta voluntad, la de destinar los fondos a reconstruir el complejo residencial, ha sido añadida en la descripción de la recaudación principal, que ya asciende a 114.572 euros. Los fondos irán a los propietarios de los inmuebles y no beneficiarán a los inquilinos, según aclararon.

"Queremos compartir una actualización importante respecto a la distribución de las donaciones. Hemos decidido colaborar con Aproicam, una asociación local que se encargará de hacer llegar vuestra ayuda directamente a los vecinos afectados por el incendio en Campanar", indicaron.

Aproicam es la asociación de propietarios constituida para velar por los intereses de los dueños de los pisos. El mismo mensaje ha sido incluido en otra recaudación de Gofundme para la comunidad de propietarios, de apenas 1.756 euros.

Hay otras dos recaudaciones que prevén un reparto general, la de 15.014 euros de Ammar y Sara, los vecinos que se quedaron atrapados en el balcón y fueron rescatados in extremis; y otra de 4.617 de Lucía Senabre. Las dos hablan de una distribución para "las víctimas del edificio" sin acotar el reparto a los propietarios. Las cuatro recaudaciones generales suman un total de 135.959 euros.

Choque frontal

Al conocer el cambio a favor de Aproicam especificado en los anuncios, revelado la semana pasada por Las Provincias, los inquilinos hicieron público un rotundo rechazo a través de su entidad.

Según la Asociación de Residentes Damnificados del Incendio de Campanar (Ardic), la campaña se inició como una recaudación impulsada por las fallas del barrio para "todos los residentes, independientemente de que fueran propietarios o inquilinos".

Las fallas "dejaban claro que el dinero era para la gente que se había quedado sin nada" y que sería el Ayuntamiento el que haría el reparto "en función de las necesidades de cada uno", lamentó Manuel Fandos, vicepresidente de Ardic, que destacó que durante los primeros días, mucho antes del cambio en la descripción, ya se habían rebasado los 100.000 euros de recaudación.

En cambio, el vicepresidente de la Asociación de Propietarios del incendio de Campanar (Aproicam), Enrique Salvador, manifestó que "no ha habido ningún malentendido".

A su juicio, "desde el primer momento los impulsores del crowfunding, Sergio y Violeta, dijeron que las ayudas eran para que los propietarios reanudaran la vida en el barrio, y eso pasaba por reconstruir, si se podía, las viviendas".

"No ha habido ningún cambio de criterio ni nada. En todo caso, ha habido una aclaración respecto al destino, pero desde el primer momento el destino era ese", dijo.