Valencia

Altas temperaturas, escasez de lluvia y sequedad de los montes. Estas tres condiciones convierten a la Comunitat Valenciana en un territorio con alto riesgo de incendios forestales. Un "polvorín" que preocupa al Gobierno valenciano y no sólo de cara a la temporada estival, ya que los incendios se producen durante todo el año.

El mes de abril fue cálido y muy seco, con una precipitación del 80% inferior a la del promedio climático, según AEMET, y unas temperaturas elevadas. Con estas condiciones, se originaron 52 incendios forestales.

De ellos, más del 70% fueron intencionados o causados por una negligencia, como arrojar colillas o encender fuego en lugares no autorizados. El más grave, el de Tàrbena, que quemó 700 hectáreas, se originó al parecer por la quema de residuos agrícolas. 

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En los últimos tres meses se han producido un total de 172 incendios que han quemado 982 hectáreas: 55 en febrero, 65 en marzo y 52 en abril, según se desprende de las estadísticas oficiales de la Generalitat Valenciana. 

Aunque no todos sean de gran magnitud, los expertos señalan que el comportamiento de los incendios forestales ha cambiado en los últimos años. No se limitan a la época estival, son más frecuentes y, además, mucho más agresivos y voraces. 

Abandono rural

Rafael Delgado, profesor de Prevención y Extinción de Incendios Forestales de la Universitat Politècnica de València (UPV) y portavoz de la Plataforma Forestal valenciana, afirma a EL ESPAÑOL que aunque con las emergencias "no se pueden hacer vaticinios", lo cierto es que este verano las condiciones no serán buenas, debido a la sequía y al exceso de vegetación que hay.

Al respecto, descarta que el cambio climático sea el motivo principal del aumento de los incendios forestales. Afirma que no hay que negar su existencia, pero defiende que es "un factor secundario".

El motivo principal de la voracidad del fuego es, en su opinión, el abandono rural y la desvertebración "galopante" que se ha producido durante tantas décadas. 

Imagen de archivo del paisaje afectado por un incendio en Castellón Efe / Biel Aliño

Según sus datos, en la Comunitat Valenciana hay una media de 9.000 hectáreas abandonadas al año, de las que la mitad aproximadamente se cubren de vegetación forestal, que crece sin control y que actúa como un polvorín.

Al respecto, lamenta que la política forestal valenciana ha sido muy reduccionista, de protección. El experto pregunta "contra qué o quién" se ha intentado proteger el medio natural, a lo que responde: "contra el ser humano rural".

Como medida principal para prevenir, Delgado apuesta por luchar contra la despoblación y fomentar la economía rural. Afirma que "el día que una pareja joven pueda empezar un proyecto de vida en el mundo rural con los mismos derechos y servicios que en las ciudades estaremos en camino de solucionar las cosas".  

Medidas extraordinarias

Ante este escenario, la Conselleria de Justicia e Interior ha tomado medidas extraordinarias. Desde febrero, según fuentes del departamento, se han incorporado 32 nuevas unidades móviles y desde abril están activas las unidades de refuerzo del Servicio de Bomberos Forestales, que trabajarán hasta el 31 de diciembre.

Además, el Consell aprobó la suspensión de las quemas agrícolas desde el pasado 15 de abril hasta el 15 de octubre, aunque se trata de una resolución flexible que permite autorizarlas en algunos supuestos.

Por un lado, las parcelas en las que se encuentren residuos agrícolas que deban de ser eliminados por razones fitosanitarias mediante el empleo de fuego, y por otro, las parcelas en las que se hubieran arrancado cultivos leñosos previamente a la publicación de la resolución y estén pendiente de quema para la replantación o transformación.

Carlos Mazón se reunió en abril con los sindicatos de bomberos. EE

Por otra parte, el Ejecutivo autonómico se vio obligado a sentarse a negociar con los bomberos forestales que amenazaron en abril con una huelga indefinida. Reclamaban la estabilización de la plantilla y más medios para el servicio.

El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, se comprometió a poner en marcha el plan estratégico para dotar estabilidad a la plantilla y proporcionar más recursos a los bomberos. También confirmó que pondría en marcha el tercer turno, reivindicación de los profesionales.

Este plan prevé la compra de seis autobombas pesadas forestales en el primer año, con la intención de renovar el resto del parque en los siguientes ejercicios.

Dispositivo de extinción

El dispositivo de extinción de incendios de la Generalitat está formado por el personal técnico del Centro de Coordinación de Emergencias y por el Servicio de Bomberos Forestales, integrado por 40 unidades terrestres y seis helitransportadas.

Estas unidades son las que trabajan durante todo el año y a las que se sumaron a partir del 1 de abril, 183 bomberos de las 16 unidades de refuerzo.

Además, cuenta con 19 medios aéreos de vigilancia y extinción de incendios (9 aviones y 10 helicópteros). Este 2024 los seis helicópteros helitransportados de lanzamiento de agua y transporte de personal estarán operativos todo el año.

Un bombero trabaja en una zona afectada por un incendio forestal declarado en Riba-roja de Túria (Valencia) Efe/Kai Försterling

El dispositivo aportado por la Dirección General de Prevención de Incendios Forestales incluye a 422 personas a lo largo de todo el periodo, distribuidas en las tres provincias, de manera que en Castellón serán 106, en Valencia 183, Alicante 103 y 30 sin provincia asignada.

Por tipología, entre los recursos que estarán operativos, hay equipos de coordinación, la Unidad Técnica, formación, mantenimiento, unidades ordinarias, comarcales, motobombas, polivalentes, observatorios, las brigadas de gestión de biomasa y el equipo de apoyo técnico.

La Policía de la Generalitat ha aumentado también las unidades encargadas de realizar vigilancias preventivas dentro de las zonas recreativas, supervisando el buen uso del fuego y evitando su utilización en los parques naturales.