La Audiencia Provincial de Valencia juzgó este miércoles al funcionario público del Parlamento valenciano acusado de agredir sexualmente a una menor de edad durante una visita escolar realizada al edificio de las Cortes Valencianas, situado en el centro de la ciudad de Valencia.
Los hechos se produjeron el 13 de octubre de 2022 cuando el acusado, Antonio V., hacía de guía en la visita de alumnos de tercero de la ESO.
Según mantuvo la Fiscalía de Valencia en el juicio, el procesado, nacido en 1957 y trabajador de las Cortes desde hace 38 años, aprovechó que el jefe de estudios se dirigía a sus alumnos para supuestamente coger a la víctima por la cintura y tocarle los glúteos.
El acusado, que sigue participando en las visitas escolares a las Cortes, negó categóricamente los hechos en su declaración y argumentó en su defensa que es homosexual.
"Me declaro homosexual. Estoy casado con un hombre desde hace 9 años más 5 de noviazgo. La relación es conocida por todo mi entorno y en las Cortes", subrayó a preguntas de su abogada.
La Fiscalía solicitó inicialmente 4 años de prisión para el funcionario y en el juicio se ratificó en la propuesta.
Mientras, la defensa pidió la libre absolución o, en el caso de que sea condenado, se imponga la pena mínima y no la solicitada por el ministerio público. "Ni es justa ni proporcional", puntualizó al tribunal.
Además, destacó el hecho de que el acusado se declare abiertamente homosexual.
"Se declara abiertamente gay, lo es de toda la vida. En los años 70, reconoce su orientación sexual y, que ahora se plantee la posibilidad de que atentó contra la libertad sexual de una mujer menor de edad, es rocambolesco e imposible".
Antonio V. reiteró que no se acercó a ninguna alumna durante la visita. "No cogí a nadie por la cintura y no puse la mano en ningún glúteo".
El acusado explicó que este grupo de alumnos destacó por su mal comportamiento y que únicamente se acercó un momento al profesor cuando estaba llamando la atención de los menores para comunicarle que "no era el momento" porque la visita debía de continuar.
Es en ese momento cuando, según el testimonio de la víctima, se habrían producido los tocamientos.
"Después se marcharon y empezó la visita del siguiente grupo, nadie me comentó nada sobre el incidente", concluyó.
La menor, que en la actualidad tiene 15 años, declaró protegida por un paraban para evitar el contacto visual con el acusado y acompañado por su madre.
La niña mantuvo su relato inicial y expuso al tribunal los hechos que vivió el 13 de octubre de 2022.
"Me cogió por la cintura, me arrimó a él y ahí ya todo el mundo me estaba mirando", recordó.
"Me pareció incómodo, pero no hice nada. Todos empezaron a hablar, él bajó la mano a la cadera y la puso encima glúteo derecho. No fue accidental, la bajó y la mantuvo y la puso en el centro mientras se movía un poco para abajo", aseguró.
Finalmente, según su testimonio, "me pude mover y me fui". "Me sentí incómoda, solo veía a gente mirarme y hablar porque se estaban dando cuenta. Me miraban a mí, pero yo no dije nada. No me podía mover ni hablar".
A continuación, detalló que se lo contó a unas amigas porque la vieron muy nerviosa y con cara de angustia. Al profesor responsable de la excursión le trasladó el incidente en la plaza de la Virgen de Valencia, una vez se alejó y salió del edificio.
"Era un señor mayor que no me conocía de nada. Me empecé a agobiar cuando me cogió de la cintura y me arrimó hacia él, después bajo la mano a cadera hasta tocar mi culo", respondió la víctima a preguntas de su letrado.
Además, también declararon en calidad de testigos los compañeros de la víctima que presenciaron los hechos. Todos reconocieron al acusado y que cogió a la menor por la cintura, pero no pudieron precisar si se cometieron los tocamientos.
Para la defensa, estas declaraciones estaban plagadas de contradiciones, mientras que las acusaciones destacaron que el relato siempre es el mismo.
Según la Fiscalía, en el juicio quedó demostrado que "el acusado no la conocía de nada y bajo la mano al culo y la mantuvo".
En este sentido, descartó que se trate de una denuncia falsa porque el relato de la niña siempre ha sido el mismo y sus compañeros comprobaron su cara de "angustia" cuando sucedieron los hechos.
"Esta conducta es de carácter sexual. Se nos acerca una persona, que no conocemos de nada, nos pone la mano en la cintura y baja el glúteo, cualquiera interpreta este acto como sexual", defendió la fiscal.
La Fiscalía recordó que "lo único que pudo hacer la menor es llorar" y pidió una sentencia condenatoria.