El drama de las personas que viven en las tuberías de una obra de Valencia: "Han creado un gueto, es desagradable"
Vecinos y comerciantes lamentan el asentamiento que se ha generado en los tubos depositados en un solar público de la Malvarrosa.
11 septiembre, 2024 21:22A escasos 200 metros de la playa de Valencia se ha generado asentamiento de personas sin hogar. Pernoctan en las tuberías de gran tamaño de las obras de reforma de la Avenida Malvarrosa, depositadas en un solar público que se utiliza habitualmente de aparcamiento, enfrente de la Bodega La Pascuala.
En la zona hay todo tipo de enseres repartidos por el suelo: desde botellas vacías, restos de comida, un carro de un supermercado, ropa, cajas de cartón y hasta jeringuillas y material para el consumo de droga.
Durante el día estas personas desaparecen, mientras que los camiones trabajan para desechar allí los escombros de la actuación que el Ayuntamiento de Valencia lleva a cabo.
La situación es desagradable tanto para el vecindario como para los negocios del Tanto los vecinos como los comerciantes lamentan la situación. "Han creado un gueto", lamenta un vecino del barrio de Malvarrosa preguntado al respecto por EL ESPAÑOL.
Es paseante de perros y se encuentra en el exterior de la denominada "área de socialización canina". Según relata este vecino, en una de las puertas dejan sus propias heces: "Es desagradable de ver".
Además, opina: "¿Eso es sitio para vivir, con todos los escombros que tiran ahí y el polvo que hay? Aunque prefieren estar en la calle. Como tengan que seguir unas reglas no las siguen". Confía en que no coloquen estas tuberías en los colectores pero, si lo hacen, que las desinfecten antes.
En cuanto al ruido, cuenta que depende del día el que haya una mayor o menor molestia. "El otro día vino una ambulancia y una persona no paraba de gritar", asegura.
Otro residente explica que anteriormente al asentamiento en los tubos de plástico, vivían en la esquina del parque Doctor Lluch, que "acabó siendo quemada". Actualmente, se observa la marca que dejó el fuego.
El gerente de la Bodega La Pascuala, José Vicente Bosch, también lo reafirma: "La Policía no permite que entren directamente en el parque, pero construyen casetas en el exterior. Una vez llegaron a hacerlas en un tobogán y los niños no podían jugar. Tuvieron que echarlos".
Este negocio se encuentra justo enfrente del asentamiento en los tubos y la situación les afecta. Bosch es consciente del conjunto de problemas que supone tenerlos "tan cerca". "Dan vueltas a la terraza, piden comida y tabaco a los clientes. Si no les dices nada ellos campan a sus anchas. Luego pasan a pedir dinero, pero claro, si les dices algo, se rebotan", manifiesta el gerente del local.
Detalla que la tensión crece cuando reciben una negativa: "Empiezan a levantar la voz, a insultar y a enfrentarse con nosotros". "Lo único que hacemos es llamar a la policía, vienen, les identifican y se van, pero al día siguiente pasa lo mismo. Esto es un sin parar. Y es inevitable. No podemos hacer nada, ni nosotros, ni la Policía ni el Ayuntamiento. Nadie", lamenta.
Desde La Pascuala intentan que no se genere ningún tipo de incidente. Aunque ha habido alguno. Bosch cuenta que hace un mes uno de ellos robó una bicicleta. "Yo, por defender a un cliente que estaba comiendo aquí, me fui detrás de él y cuando ya lo cogí, soltó la bicicleta y me sacó una navaja. Estuvo a punto de rajarme", confiesa a EL ESPAÑOL.
"La chica que venía detrás de mí me apartó y pudimos evitarlo, pero ahí se quedó la cosa. Fui a presentar la denuncia, a la semana siguiente lo reconocieron y lo han cogido, pero ya está en la calle. Es una bicicleta que cuesta 900 euros y no se ha recuperado. Si me hubiera hecho algo el único que hubiera perdido hubiera sido yo", explica afligido.
A pesar de este suceso, espera que tarden pocas semanas en retirar los tubos de canalización. "Imagino que será cuestión de días", confía.
Tanto La Pascuala como otros bares de la zona y los vecinos se muestran preocupados. "Es un problema complicado de solucionar. Tenemos que concienciarnos todos", afirma Bosch.
El administrador de La Bodega considera que "es una problema que viene acareado de otro, y a su vez, de otro". Expresa que el mayor de ellos no es que estén los tubos que ha dejado el Ayuntamiento ahí, sino que "a dos calles convive el foco de la droga y su negocio".
Las obras
El Ayuntamiento de Valencia lleva a cabo la reurbanización de la avenida Malvarrosa. Tiene un coste de 2,4 millones de euros, de los cuales 1,8 provienen de los fondos Next Generation de la Unión Europea.
Con el proyecto se crea una plataforma única donde convivirán el transporte público y los vehículos de movilidad sostenible con el peatón. También se permitirá la carga y descarga y el paso de los vehículos de emergencia.
El vehículo particular, salvo que se dirija a un aparcamiento privado, se desviará por las calles de Isabel de Villena e ingeniero Fausto Elío. También se prevé la peatonalización completa de la plaza del Botánico Robillard.
Del mismo modo, se procede a renaturalizar la avenida con parterres y arbolado, mejorar la gestión del agua reduciendo la inundabilidad de una parte de la vía, instalar moblaje urbano, mejorar la eficiencia energética del alumbrado y reducir la contaminación acústica, entre otros.
Es un proyecto heredado por la concejalía de Urbanismo que dirigía Sandra Gómez y que el actual gobierno municipal optó por mantener pese al rechazo vecinal.