Mazón cambiará la Ley de la Huerta de Puig que bloquea las obras de los barrancos que se desbordaron por la DANA
- Vaciará de competencias urbanísticas al Consejo de la Huerta, cuyos informes son actualmente vinculantes y desfavorables a estos proyectos.
- Más información: Teresa Ribera paró en 2021 la "adecuación y drenaje" del barranco del Poyo por "problemas ambientales" y una "visión del coste-beneficio"
El Gobierno valenciano reformará la Ley de la Huerta de Valencia aprobada en 2018. El objetivo de Carlos Mazón es desbloquear los proyectos de actuación sobre los barrancos del Poyo y la Saleta.
Según los expertos, las obras previstas desde hace años para desviar el agua de ambas ramblas al nuevo cauce del río Turia hubieran minimizado los daños causados por la DANA del pasado 29 de octubre, que arrasó decenas de municipios de la provincia y se cobró la vida de más de 200 personas.
El plan de Mazón, según confirman fuentes de la Generalitat a EL ESPAÑOL, es retocar los artículos de la normativa sobre la huerta valenciana aprobada por el Gobierno de Ximo Puig que impiden que se pongan en marcha los dos proyectos.
Concretamente, se reformarán los artículos 24 y 41 para que la legislación sea más flexible y que no sean necesarios los informes del Consejo de la Huerta para los asuntos urbanísticos, hasta ahora preceptivos y vinculantes.
El Consejo de la Huerta es un organismo autónomo de nueva creación compuesto por diferentes consellerias, la Diputación de Valencia, el Ayuntamiento de Valencia, organizaciones agrarias y entidades de defensa de la huerta.
Con estos cambios, según estas fuentes, el Consejo de la Huerta quedaría vacío de competencias urbanísticas y tendría únicamente responsabilidades en materia agrícola.
En estos momentos, sus informes sobre las mejoras a realizar en el barranco del Poyo y el de la Saleta son desfavorables, pese a que los técnicos han reconocido que son urgentes para evitar inundaciones.
Cuando se aprueben estas modificaciones en la norma, ambos proyectos quedarán desbloqueados y, según las fuentes consultadas, el Ministerio de Transición Ecológica no tendría excusa para no ejecutarlos.
Proyectos bloqueados
En el Plan de Gestión del Riesgo de Inundación de la Demarcación hidrográfica del Júcar 2022-2027 (PGRI), publicado en enero de 2023, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ya había reconocido que hacían falta, al menos, dos grandes obras y otras siete grandes actuaciones que "nunca se llevaron a cabo" sobre estas ramblas.
Se trata del "proyecto de adecuación ambiental y drenaje de la cuenca del Poyo vertiente a la Albufera (Valencia)" y el de la "vía verde de conexión del barranco de la Saleta al río Turia".
Ambos están paralizados desde hace tres años "por falta de disponibilidad presupuestaria y problemas ambientales", según reconocía la propia CHJ en unas diapositivas utilizadas durante las jornadas de presentación de los PGRI de las demarcaciones hidrográficas intercomunitarias en septiembre de 2021.
El problema medioambiental al que hace referencia es precisamente la Ley 5/2018 de la Huerta de Valencia aprobada cuando la Conselleria de Agricultura estaba en manos de Compromís.
En el último informe de seguimiento del plan de gestión del riesgo de inundaciones del Ministerio de Ribera, se señala respecto al desvío del barranco del Poyo, que "se debe reorientar la solución inicialmente prevista" por su choque con la normativa autonómica.
Este plan recogía la realización de un nuevo cauce (vía verde) que conectara el barranco con el nuevo cauce del río Turia. Cabe recordar que durante la fatídica tarde del 29 de octubre, las fuertes lluvias convirtieron unos cauces habitualmente secos en un tsunami de casi 2.000 metros cúbicos por segundo.
Respecto a las actuaciones sobre el barranco de la Saleta, en Aldaia, el documento recoge que, tras el análisis del coste y beneficio que había resultado positivo, el proyecto estaba en 2022 en fase final, a falta de la autorización por parte de la Generalitat Valenciana.
La Administración autonómica, sin embargo, emitió entonces un informe desfavorable y reclamó el "soterramiento de la infraestructura para evitar el impacto sobre el paisaje de la huerta", algo que, según los expertos consultados por este periódico, no tiene "ningún sentido" y que encarece considerablemente el proyecto.
El proyecto elaborado por la CHJ unía y actualizaba las propuestas aprobadas en 2006 y 2010. Consistía en la creación de un canal entre el barranco con el nuevo cauce del Turia para evitar así "las frecuentes y graves inundaciones" en Aldaia, una reivindicación del Ayuntamiento de este municipio desde hace 40 años.
Desde 1994
La necesidad de adecuar los cauces del Poyo y la Saleta es una realidad detectada, al menos, desde 1994.
En este tiempo, desde el último Gobierno de Felipe González al actual de Pedro Sánchez, se han sucedido nueve iniciativas para abordar estas obras. Pero por diversas cuestiones legales, burocráticas o ambientales, todos han acabado en un cajón.
Las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL atribuyen esta parálisis a una "dejación total" por parte del Ministerio y de la Confederación.
Señalan que desde el departamento de Teresa Ribera en los últimos años se han dedicado a promover soluciones "basadas en la naturaleza", que son obras que sirven para desbordamientos pequeños, pero no para las grandes avenidas.
Al respecto, coinciden con el vocal del Colegio de Ingenieros de Caminos de Valencia, Fede Bonet, en que las grandes riadas sólo pueden atajarse con obras estructurales, como canalizaciones o presas.
En este sentido, las obras previstas estaban proyectadas para avenidas como las de la DANA del 29 de octubre, las que, en términos técnicos, tienen un "periodo de retorno" de 500 años.
Sacos de arena
A falta de estas obras, el municipio valenciano de Aldaia, uno de los más afectados por la DANA de hace dos semanas, se preparó este martes ante los avisos de nueva gota fría con la colocación de sacos en el entorno del barranco.
El alcalde de la población, Guillermo Luján, expresó, en declaraciones a Europa Press, su "preocupación". "Hay un aviso de una nueva DANA, no tenemos más información, no sabemos la cantidad de caudal que va a venir", afirmó.
"En el año 2022 fue la última DANA importante, el caudal fue 225 metros cúbicos, el 29 de octubre, hace dos semanas, fueron 2.200, 10 veces más, eso fue un tsunami", dijo.
El primer edil explicó que cada año, para gestionar las gotas frías que afectan al casco urbano, se suelen poner protecciones en los túneles y en las calles, unas compuertas para canalizar el agua del barranco de Saleta hacia el río Turia.
Sin embargo, en esta ocasión, "como están destrozadas porque los arrasó ese tsunami, pues evidentemente estamos desprotegidos". "Y ante esa desprotección, nos buscamos la vida como estamos haciendo estas semanas", añadió.
De este modo, el municipio decidió instalar este martes sacos de arena en el entorno del barranco, como "muro de contención" y para "intentar canalizar la posible agua".