El pequeño pueblo de Castellón que se reinventó: está pintado a todo color con 50 murales callejeros. EE

El pequeño pueblo de Castellón que se reinventó: está pintado "a todo color" con 50 murales callejeros. EE

Cultura ARTE

El pequeño pueblo de Castellón que se reinventó: está pintado "a todo color" con 50 murales callejeros

Con la iniciativa se ha querido fomentar el neomuralismo a través de la colaboración de artistas del panorama nacional.

19 mayo, 2024 13:34
Valencia

Hay un pequeño pueblo de la provincia de Castellón que se reinventó. Consiguió atraer al visitante y reactivar el turismo, tal y como lo hizo su precedente, la localidad de Fanzara. Andar entre sus calles es admirar su arte urbano, pues cuenta con 50 murales.

Es un municipio que, con el paso del tiempo, ha ido llenándose de color gracias a un certamen que se celebra cada año, Cítric. En él, diferentes artistas se encargan de llenar de pinturas los muros de la localidad.

Con la iniciativa se ha querido fomentar el neomuralismo a través de la colaboración de dos artistas distintos del panorama nacional, Uriginal y Kenorquienes mezclaron sus ideas y estilos para crear una magnífica estampa.

[El pequeño pueblo a una hora de Valencia con 35 relojes de sol que son obras de arte: uno es de Andreu Alfaro]

A una hora de Valencia, Torreblanca es una localidad costera mediterránea con una extensión de 28,9 kilómetros cuadrados. Se encuentra situada en la comarca de la Plana Alta a unos 36 km al norte de la capital Castellón.

Torreblanca conquista a sus visitantes por ser un museo al aire libre, repleto de color. Cuenta con casi 6.000 habitantes en invierno, pero llegan hasta 15.000 en época estival. 

El casco urbano tiene uno de los edificios más importantes para sus habitantes. Se trata del Calvario y Primitiva Iglesia, una capilla sencilla ubicada en la fortaleza de San Francisco, del siglo XV y perfectamente conservada.

Mural pintado en Torreblanca (Castellón). Turismo Torreblanca

Mural pintado en Torreblanca (Castellón). Turismo Torreblanca

También es un monumento imprescindible su Ermita fortificada de Sant Francesc, donde se puede descubrir el escudo originario del municipio en su interior.

Perderse en su entorno es otra de las opciones, como en sus playas. Una de ellas es la playa del Nord, con cinco kilómetros de arena fina y aguas cristalinas que le han concedido varias certificaciones, como la Bandera Azul, la Q de Calidad Turística, la Bandera de Qualitur y la Bandera Verde de Aenor.

La playa Torrenostra, por otro lado, es un lugar ideal para disfrutar con los más pequeños de la casa. Además, marca el límite norte del Parque Natural de El Prat de Cabanes-Torreblanca, uno de los hábitats húmedos menos alterados de la Comunitat Valenciana.

Playa Torrenostra, en Torreblanca (Castellón). Turisme GVA

Playa Torrenostra, en Torreblanca (Castellón). Turisme GVA

De hecho, este parque natural es un lugar de "gran valor ecológico", tanto por su flora como por las especies endémicas, como la gambeta, el fartet o el samaruc.

En cuanto a su arte en las fachadas, el festival Citric se inauguró en el año 2015 con un número reducido de obras colaborativas. Los artistas fusionan sus ideas y estilos para crear murales que "aúnan inquietudes".

Es notable su continua tendencia creciente, pues actualmente hay casi 50 murales callejeros, tanto colaborativos como individuales, que muestran la diversidad de distintas temáticas y emociones personales, interpretadas por artistas nacionales e internacionales.

La gastronomía también es uno de sus puntos fuertes, basada en productos del mar y de las fértiles huertas del litoral, aunque no faltan los dulces como els 'pastissets de Sant Antoni', la 'coca Cristina' o la 'coca de almendras'.