El aplauso que los empresarios catalanes brindaron el miércoles pasado a la política fiscal de Carlos Mazón adquiere aún más valor al conocer los entresijos del encuentro que tuvo lugar en Barcelona.
El presidente de la patronal catalana Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, recelaba de la visita de Mazón a su sede. ¿La razón? El presidente de la Generalitat Valenciana había alardeado de que acudía a Catalunya a captar "empresas amenazadas" por la inestabilidad independentista.
El temor era razonable. Por dos motivos: El principal, que al líder de ninguna organización empresarial le conviene aparecer como el promotor de la fuga de empresas de su territorio.
El secundario, la connotación política derivada del primero. ¿Un líder catalán, que representa en buena medida a la burguesía catalana y a muchos empresarios independentistas, favoreciendo la marcha de compañías hacia un territorio gobernado por el PP y Vox?
Pese a los riesgos políticos, Sánchez Llibre se atrevió a celebrar el encuentro con Mazón. Primaron los argumentos a favor, que también los había. Catalunya y la Comunitat Valenciana son, recíprocamente, su principal cliente comercial.
Los empresarios catalanes querían ver a Mazón. Contarle sus proyectos, establecer contacto, tejer alianzas, aunar intereses comunes. Y Sánchez Llibre, como líder de Foment, se apuntaba el tanto de brindar a sus asociados esa oportunidad.
Era importante, sin embargo, marcar distancias. Y en varios momentos del encuentro se apreció con claridad esta estrategia por parte de Foment. Sin que nadie se lo preguntara, Sánchez Llibre subrayó en dos ocasiones que la cita se celebraba a propuesta de Daniel Sirera, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona. Cabe recordar que Sirera ejerció de director de estrategia de Mazón hasta que Feijóo le encargó presentarse a las municipales de la Ciudad Condal.
'¡No ha sido idea mía!', parecía clamar el líder de Foment. Y ya descargado de la iniciativa, subrayó también sus diferencias identitarias con Mazón. Dijo que considera a los valencianos "catalanes del sur". Ni sus afines rieron la manida broma. "Siempre se la hago a Juan Roig", aseguró. "Me responde que nosotros somos valencianos del norte", agregó. Mazón se limitó a negar con la cabeza.
Todo este contexto es importante para calibrar la valía de lo que ocurrió a continuación. Sánchez Llibre, un líder que acogía con recelo en su sede a Carlos Mazón, de pronto se plegó ante el presidente autonómico cuando escuchó la reforma fiscal que ya ha comenzado a aplicar en la Comunitat Valenciana. Le hizo la ola.
"Este es nuestro planteamiento fiscal, lo hemos defendido para nuestros gobiernos", manifestó Josep Sánchez Llibre en alusión al Gobierno de Pedro Sánchez y a la Generalitat de Pere Aragonès. "Deben tomar nota", aseveró.
El líder empresarial catalán pidió expresamente la palabra al término del discurso de Mazón para ensalzar la rebaja de impuestos que el presidente valenciano acababa de detallar. "Lo he oído con muchísima satisfacción, estoy completamente de acuerdo con tus planteamientos", dijo.
También pesó a favor del presidente valenciano haber aparcado la vehemencia. No habló en ningún momento de empresas amenazadas, y negó desde primera hora de la mañana que su visita fuera una OPA hostil para captar compañías catalanas. El líder del PP rebajó su discurso. "Venimos a ser irresistibles a la inversión", expuso.
Pero lo que sedujo realmente a Sánchez Llibre fue el desglose de las medidas fiscales ya adoptadas durante los primeros meses de Mazón al frente de la Generalitat Valenciana. En particular, la práctica supresión de los impuestos de Sucesiones y Donaciones, las deducciones introducidas en el IRPF, y las rebajas aplicadas en el impuesto de transmisiones patrimoniales (ITP).
Como informó este periódico, el ahorro del total de estas decisiones para los contribuyentes se situará en 365 millones de euros, y más de la mitad beneficiará a las rentas medias y bajas.
Durante su intervención, Mazón argumentó que los cambios que está llevando a cabo su Ejecutivo buscan "favorecer el dinamismo económico desde la libertad, la sensatez y el equilibrio". "Ahora la política fiscal es un instrumento que está aumentado la capacidad de gasto de las familias, el consumo y la inversión", explicó.
Sobre la supresión del impuesto de Sucesiones y Donaciones, detalló que "beneficiará cada año a unas 15.000 personas en el caso de Sucesiones y 3.000 en Donaciones". También puso otros ejemplos como la derogación de la llamada Tasa Turística o la mencionada rebaja en el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.
Esta última se dirigió "a diversos colectivos, especialmente a los jóvenes, que en los dos primeros meses de vigencia ya ha beneficiado a 800 personas y está reactivando el mercado de la vivienda".
Carlos Mazón y Sánchez Llibre se entendieron pese a la distancia que les separa porque hablan un mismo lenguaje: el del dinero, el de la actividad económica, el de la libertad empresarial, el del liberalismo.
Al cierre del evento, Sánchez Llibre se pronunció con todavía más énfasis. "Eres un líder coherente, vas a ser un líder pragmático, un gobernante que sabes aplicar nuestra 'religión' de una política competitiva, al que le gusta la colaboración público-privada, y que va a aplicar una política business friendly", resumió sobre Mazón.
Lo ocurrido tiene un gran valor para el presidente valenciano, porque ha recibido el aplauso sin ambages de una reputada figura empresarial que nada le debe, que no habría dudado en criticarlo, que buscaba incluso remarcar las diferencias entre ambos para contentar a su parroquia.
La rebaja fiscal que ha comenzado a aplicarse en la Comunitat Valenciana recibió el pasado miércoles el aval de un prestigioso auditor independiente.