Calle Colón de Valencia. EE

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TRIBUNA

Un año de Catalá al volante

21 junio, 2024 06:00

Hace unos días se cumplió el primer año de gobierno de María José Catalá y, coincidiendo con esta fecha, dos hechos han confirmado que el balance de su política de movilidad es, sin duda, positivo para el tráfico y, por el contrario, negativo para la contaminación y la movilidad sostenible de esta ciudad. O lo que es lo mismo, perjudicial para los vecinos y vecinas de esta ciudad.

Por una parte, el Ministerio de Transportes ha alertado de que València podría tener que pagar hasta 3,5 millones de euros por reducir el espacio peatonal en la supermanzana de La Petxina, tras las obras del Ayuntamiento de València para añadir plazas de aparcamiento y facilitar el paso de los coches por el entorno en el lugar que debía estar ocupado por peatones.

La supermanzana contaba con fondos europeos y perder espacios peatonales, como ha hecho Catalá, es caminar en dirección contraria a los objetivos de sostenibilidad que marca Europa, que ha impulsado en los últimos años las peatonalizaciones en las ciudades para combatir el cambio climático y las temperaturas extremas.

Por eso, el Ministerio ha exigido explicaciones al equipo de la señora Cataláya que, con la supresión de estos espacios peatonales, el Ayuntamiento no solo no ha impedido que los coches aparcaran mal como pedían los vecinos, sino que, además, ha puesto en riesgo la financiación del proyecto y ha expuesto al Ayuntamiento a una multa millonaria.

Pagar varios millones de multa por una decena de plazas de aparcamiento en un espacio que antes era peatonal no parece, desde luego, ejemplo de una buena política de movilidad sostenible ni de buena gestión. Confío en que la señora Catalá no esté dispuesta a pagar la plaza de aparcamiento más cara de toda la ciudad solo por el empeño en que los coches puedan circular, sin considerar además los efectos sobre la contaminación que genera en todos los barrios

Y coincidiendo en estos días de aniversario, el Ayuntamiento acababa de publicar los últimos datos de tráfico del mes de mayo de la ciudad de València.

Los datos gustarán más o menos, pero no engañan. Y muestran cómo un mes más, por ejemplo, el tráfico en Colón registra un nuevo aumento del 80% respecto a mayo del año pasado, lo que significa que desde que el Partido Popular gobierna en esta ciudad cada día pasan 3.750 vehículos más por el primer tramo de la calle Colón de los que pasaban antes.

Es sencillo de entender que si las políticas de movilidad de esta ciudad en este último año han ido dirigidas a facilitar la circulación de los coches, haya más coches en nuestras calles. De hecho, desde que la señora Catalá inauguró un carril más en la calle Colón para facilitar la circulación del tráfico privado, eliminando un carril reservado al transporte público, todos los meses se ha ido incrementando el número de coches que utilizan la vía.

8.448 vehículos

En el mes de diciembre, cuando se introdujeron los cambios, circulaban por esta calle un total de 5.838 coches al día. Y ahora, cinco meses después, ya pasan a diario 8.448 vehículos. Sin duda, esta tendencia seguirá en aumento y no es exclusiva a la calle Colón.

Hay quien intentará argumentar que ese tráfico se ha reducido de otras calles porque están convencidos de que los hábitos de movilidad son inamovibles, pero solo es un intento de engañarse. Si comparamos, por ejemplo, la calle Poeta Querol, que es, según el Partido Popular, la calle que debía beneficiarse de estos cambios, vemos que el tráfico ha bajado solo un 5%, alrededor de 450 vehículos desde mayo de 2023.

Es decir, si en Colón ha subido el tráfico 3.750 vehículos y en Poeta Querol se ha reducido en 450, ¿alguien se atreve a decir, de verdad, que las políticas de movilidad de la señora Catalá no se traducen ens tráfico en el centro cada mes?

Por eso sorprende el atrevimiento del equipo de gobierno estos últimos días cuando, con estos negativos datos de incremento de tráfico, hemos visto a la alcaldesa afirmar con seguridad en algunos medios que la contaminación había bajado en la calle Colón.

Debemos ser la única ciudad de España y del mundo que altera la relación entre tráfico y contaminación que indican todos los estudios científicos: hemos encontrado la fórmula mágica para que, aumentando el tráfico, disminuya la contaminación. Tal vez deberíamos patentarla.

Si no fue una broma, la verdad es que esta lógica sólo puede responder entonces a un intento de maquillar y disimular a los valencianos y valencianas una realidad incómoda para el equipo de la señora Catalá: durante este año los hechos demuestran que en las decisiones se ha apostado por el vehículo privado, se ha recortado espacio peatonal y no se ha trabajado para combatir la contaminación.

Así, con la crudeza de los datos y los hechos, se entiende mejor por qué, efectivamente, el gobierno de la señora Catalá lleva un año facilitando la circulación del vehículo privado en la ciudad, por qué le ha dado preferencia al coche frente al transporte público en la remodelación de Pérez Galdós o por qué ha preferido sustituir zonas peatonales en la supermanzana de la Petxina que disfrutaban los vecinos por plazas de aparcamiento.

En definitiva, durante su primer año de gobierno, la señora Catalá ha olvidado que la verdadera medida de una buena política de movilidad sostenible no es cuántos coches pueden circular sin problemas, sino cuántos ciudadanos pueden moverse de manera eficiente y saludable. Esperemos que rectifique y que lo haga cuanto antes para que a partir de ahora se tomen las decisiones con el sentido común y la responsabilidad que València merece.

María Pérez es concejal del PSPV-PSOE en el Ayuntamiento de Valencia.

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