La isla de Mykonos está situada en el centro del archipiélago de las Cícladas, entre las islas de Tinos, Delos, Siros y Naxos. Es una pequeña isla griega, de unos 90 kilómetros cuadrados pero mundialmente conocida tanto por sus paradisíacas playas como por sus fiestas. Las discotecas junto a la playa y la música electrónica son características básicas de Mykonos, por eso también es llamada "la Ibiza de Grecia".
Mykonos se puede visitar en un fin de semana, por eso muchos de los turistas que viajan a la zona pasan varios días en cada isla, llegando hasta Atenas o Santorini, otra de las islas más bonitas y visitadas del archipiélago. A parte de la fiesta, a la que nos referiremos más abajo, en Mykonos hay importantes lugares que conviene visitar:
el casco antiguo de Mykonos llama mucho la atención por sus casitas encaladas.
Disfrutar de un paseo por los callejones descubriendo vistas increíbles es una buena actividad. Las calles son angostas y laberínticas y están llenas de negocios de todo tipo para hacer compras. Las paredes de las fachadas blancas y los balcones adornados con flores son el rasgo característico de la arquitectura típica de las islas Cícladas y eso cautiva a los turistas.
El pequeño puerto de Mykonos está situado en el casco antiguo y en él se encuentran los barcos pesqueros de los habitantes de la ciudad mezclados con los yates de lujo. En el puerto también se encuentran buenos restaurantes donde poder disfrutar de la gastronomía típica griega con unas bellas vistas al mar.
Una de las zonas más bellas y fotografiadas de la isla es la Pequeña Venecia de Mykonos o Alevkandra. Está situada en la parte baja de la ciudad y destaca por ser un conjunto de casas con la arquitectura típica construidas sobre el agua. Se trata de casas del siglo XVIII de dos o tres plantas y balcones de madera de colores orientados hacia el mar.
Los molinos de viento de Mykonos forman parte del paisaje símbolo de la isla. Situados en la parte alta, en un gran mirador con vistas a la zona antigua de casas blancas, la pequeña Venecia y el mar. Destacan por su color blanco resplandeciente y alguno de ellos se ha restaurado para ser museos. En la isla se pueden encontrar hasta 400 iglesias, entre las que destacan la Iglesia de la Virgen Paraportiani y la Catedral. En la zona de Ano Mera llama la atención el Monasterio de la Panagia Turliani, con la torre de mármol, una cúpula roja y el interior adornado con iconos de la isla.
En cuanto a museos, destacan el pequeño Museo Arqueológico, donde se conservan esculturas y objetos de la isla de Delos y de Rhenia; el Museo Naval y el Museo Etnográfico, donde se pueden ver instrumentos musicales, muebles…
Otro gran atractivo de la isla de Mykonos son sus playas. Son maravillas naturales que los turistas disfrutan a lo largo de todo el año. Pero además de ser fantásticos lugares para disfrutar de un baño y del sol, son perfectos lugares para organizar fiestas. Muchas de ellas se convierten en auténticas discotecas al aire libre.
Mykonos es un destino ideal para salir de fiesta, bailar toda la noche y recorrer un montón de bares, pubs y discotecas. A diferencia con su vecina Santorini, los turistas que viajan allí buscan tranquilidad y descanso. Mientras que a Mykonos llegan multitud de jóvenes y grupos de amigos para disfrutar de un turismo de playa y fiesta. Además de fiesta y playa, no hay que olvidarse de la fantástica gastronomía de la isla: la cocina griega es fundamentalmente mediterránea, por eso son partes básicas del recetario el aceite de oliva y las verduras.
La moussaka es el plato tradicional de Grecia; en Mykonos se puede disfrutar de deliciosos pescados, sobre todo en los restaurantes cercanos al puerto, como salmonetes fritos o diferentes pescados a la brasa. El pueblo griego también es amante de la carne, por eso también se pueden encontrar ricos platos con base carnívora, como el cordero asado al limón. El pan de pita acompañará a todas las comidas, al igual que los conocidos vinos griegos: vinos de Retsina y del Peloponeso. No se pueden olvidar los típicos postres griegos: el yogur griego, el baklava o delicias turcas.