La Ruta del Mármol, un viaje por el interior de Almería
En esta zona almeriense se encuentra Macael, destacado por su actividad de extracción del mármol además de varios pueblos de singular belleza.
7 abril, 2022 02:48Noticias relacionadas
Hablar de Macael es hablar del mármol. Este municipio de la provincia de Almería ha estado protagonizado durante años por la actividad de extracción del mármol, conformando una blanca comarca dentro del Valle del Almanzora, siendo su epicentro Macael. En esta zona almeriense hay pueblos de singular belleza con la Sierra de Los Filabres como telón de fondo.
Una de las localidades en las que hay que detenerse es Albanchez, un municipio que se asienta sobre un terreno accidentado con una gran riqueza marmórea. También conviene mencionar Líjar, una villa que declaró la guerra a Francia en 1883 ante los insultos recibidos por el rey Alfonso XII en su visita al país galo; Cóbdar, donde hay que apreciar los preciosos manantiales que se encuentran junto a la cantera de Los Calares; y Chercos, una pequeña población dominada por un castillo de origen árabe.
La capital de la comarca es Macael, un pueblo blanco que se desliza por la ladera norte de los Filabres, entre el arroyo El Marchal y el río Laroya. En su patrimonio hay que destacar la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario, de estilo Mudéjar; el monumento al cantero, una escultura construida en mármol blanco; el mirador de la Virgen del Rosario, en la cima de un montículo coronado por la Virgen del Blanco Rosario; y la Plaza de la Constitución, rodeada por casas señoriales de principios del siglo XX.
Para entender lo importante que ha sido esta actividad en esta zona almeriense hay que divisar a dónde han llegado sus materiales. Con el mármol de Macael se han realizado, por ejemplo, los sarcófagos antropoides fenicios de Cádiz, el Teatro Romano de Mérida, los mosaicos de Itálica, la catedral de Sevilla, el Palacio de Medina Azahara, la Mezquita de Córdoba, el Patio de los Leones de la Alhambra, la Capilla Real de los Reyes Católicos o el Monasterio del Escorial.
Es en Macael donde también se encuentra el Centro de Interpretación del Mármol, donde se puede aprender detalles de la historia, tradición, innovación, procesos de extracción y de procesado del material, además de los pasos futuros estimados para esta industria. Además, desde este centro se organizan visitas guiadas a las canteras y los talleres en los que se trabaja el mármol.
La ruta en busca del mármol
Un punto destacado para iniciar la ruta es Albanchez, un pueblo con canteras y fábricas de manipulación de esta piedra. A la entrada del pueblo se encuentra un monumento realizado en mármol blanco y se trata de un pueblo amurallado con una arquitectura y trazado llamativos. Después, se puede continuar hasta Líjar o Cóbdar, donde se pueden visitar canteras como la de Lobera, Cerro de Huertecicas y cañadas de la Viña, además de la gran cantera de Los Calares, donde se pueden ver cinco espectaculares bajadas de agua.
A continuación, hay que dirigirse a Chercos, donde se encuentran yacimientos arqueológicos del II milenio a. C., como la Piedra Moros y sus grabados rupestres. De Chercos hay que pasar hasta la capital de la comarca, Macael. En este tramo de la ruta hay que detenerse en el Centro Tecnológico Andaluz de la Piedra Natural, el centro neurálgico de la historia, tecnología, estudios y proyectiva de la industria.
Por la carretera de Tabernas-Olula del Río, hay que apreciar los edificios religiosos más sorprendentes de la zona: la Iglesia de San Sebastián y la de Nuestra Señora de la Asunción. Después hay que ir a Purchena, a Urrácal y a Olula del Río, este último un pueblo en el que se puede visitar la Casa Museo Ibáñez y diferentes talleres especializados en la artesanía del mármol.
Para los más amantes de la naturaleza y quieran apreciar estos parajes a través de una caminata, pueden hacer un recorrido andando por un sendero de algo menos de cinco kilómetros y dificultad baja. Se trata del recorrido que une Macael con las canteras a través del antiguo camino por donde bajaban los bloques de mármol en carretas tiradas por bueyes, cuyas huellas grabadas en la roca todavía hoy se pueden observar. Sin duda, un paseo espectacular para apreciar y vivir lo que antaño se hacía, para ver también como es este paisaje marcado por el mármol que tanto protagonismo ha dado a esta zona.
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