"Mi experiencia tanto profesional como personal me ha llevado, a lo largo de los años, a entender que una mentalidad científica es importante, y que además se debe enriquecer con conocimientos más propios de la sabiduría interior, del conocimiento sobre el ser humano y de las técnicas más ancestrales", asegura Gerónimo Loira, experto en Mindfulness, Logoterapia y terapia de la luz.
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Y continúa: "De esta manera, se estará capacitado para llegar a un mayor número de personas y facilitarles diferentes alternativas, para encontrar soluciones a aquello que les preocupa".
"Pongamos el foco inicialmente en lo científico, en Clínica FEMM líder en salud, estética y bienestar, contamos con un equipamiento llamado Bioptron, que es un dispositivo aplicado a la medicina que cuenta con una tecnología patentada para la terapia de luz. Esta tecnología está clínicamente probada, dirigida a mejorar la salud, la longevidad de la piel, la regeneración de la elastina y el colágeno, también se aplica en para tratamientos post-cirugías estéticas. Se desarrolló en Suiza y lleva más de 20 años demostrando su eficacia", añade el experto.
Y concluye: "Esta terapia aporta equilibrio en las estructuras biológicas con desorden energético, sus efectos bioestimulantes sobre los tejidos y las células son beneficiosos para la salud física y mental".
¿Cree que en las sesiones de fototerapia se crean buenos vínculos con los pacientes?
Durante las sesiones de terapia lumínica, considero de suma importancia el vínculo terapeuta y paciente. Basándome en mis conocimientos y amplia experiencia como experto en Mindfulness en contextos de la salud y en Logoterapia, sé que este vínculo es necesario e imprescindible para conseguir los mejores resultados. El sentido del humor, la confianza y la empatía son utilizadas como vehículo para estimular además las propiedades autocurativas de los pacientes.
'Atención correcta al momento presente, sin juicios, con aceptación y apertura' es lo que entendemos como Mindfulness, no existe mejor manera de definir esta práctica, que es extraordinaria en su aporte para la reducción significativa del estrés crónico, la ansiedad y por supuesto que no sólo hablamos de salud mental, sino que es de vital importancia también para la salud en todas sus facetas.
Es inevitable que, con el conocimiento de sus beneficios, durante las sesiones de fototerapia, anime a mis pacientes a explorar este tipo de práctica.
El sol, esa luz iluminadora, estimulante y sanadora… ¿qué se sabe de la historia de esta terapia de luz?
Sabemos que la civilización egipcia ya utilizaba la fototerapia con fines médicos, más tarde médicos griegos, romanos y árabes utilizaron también la luz solar con fines terapéuticos.
Por lo tanto, desde sus raíces en el antiguo Egipto hasta la época medieval, su uso fue habitual. El renacimiento moderno de la 'luz como terapia' fue iniciado por Florence Nightingale, quien, en 1850, abogó por el uso de aire limpio y una abundancia de luz solar para restaurar la salud.
Florence fue además pionera en la creación de la enfermería, sus escritos son los fundamentos de la enfermería actual. Fue ella quien puso en práctica en la era moderna la idea de utilizar la luz solar como medio reparador y sanador.
¿Cuándo empieza a utilizarse en el entorno médico?, ¿conoces si hay evidencias científicas que avalen su efectividad?
La terapia de luz moderna o fototerapia tuvo una marcada aceptación para el uso médico en Escandinavia, América y Oceanía desde finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, siguiendo el trabajo inicial del Dr. Niels Ryberg Finsen, quien por su exitoso tratamiento en la cicatrización de las huellas dejadas por la tuberculosis y la viruela con luz ultravioleta (UV) y luz roja, fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina en 1903.
Diferentes estudios nos revelan que la exposición a la luz durante el día o sesiones de fototerapia tiene un efecto positivo sobre la salud, su déficit puede ocasionar múltiples disfunciones sobre todo las de orden psíquico, entre las cuales se encuentran; la depresión, la apatía y otras patologías relacionadas con la salud mental.
Se ha comprobado que la utilización de la terapia de luz brillante (TLB) en personas mayores ingresadas en residencias, ralentizó su deterioro cognitivo, además se observó una mejora significativa en el estado de ánimo, la calidad del sueño y las expectativas de vida de esta población.
Durante mis sesiones de fototerapia, dirigidas a curaciones postraumáticas y post- cirugías reparadoras en general, se establece un vínculo con los pacientes que me permite conocer sus vivencias y con el aporte de esta fuente de luz que carece de contraindicaciones, veo, en la integración de lo físico, lo psíquico y lo espiritual, una recuperación integral de los pacientes.