El maquillaje en polvo es un producto básico que no puede faltar en ninguna rutina de belleza, especialmente para aquellas pieles mixtas y grasas, pues les ayuda a evitar esos incómodos brillos en el rostro o, al menos, retrasar su aparición. También es un gran aliado para ayudar a sellar los productos en formato líquido, como bases o correctores, y para que estos sean más duraderos en nuestra piel.
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Su popularidad también se debe a su sencillo método de aplicación, la posibilidad de retocarlo con facilidad, y el resultado natural y ligero que proporciona a la tez. Además, es posible conseguirlo en varias presentaciones, como los polvos sueltos, compactos o traslúcidos, y que pueden proporcionar un acabado mate o luminoso. En definitiva, se adaptan a cualquier preferencia y necesidad de la persona que lo utiliza.
Y si lo que se desea es aprovechar al máximo todos sus beneficios, es muy importante seguir una serie de consejos básicos para conseguir los mejores resultados. En este sentido, una buena preparación de la piel antes de la aplicación es fundamental. Se debe limpiar e hidratar previamente antes de aplicar.
También es necesario seleccionar una tonalidad adecuada para que produzca un efecto de segunda piel, y evitar así las molestas líneas de demarcación. Respecto al método de aplicación, dependiendo del acabado, podemos optar la el uso de brocha o esponja, pero lo más importante es asegurarse de difuminar bien el producto para evitar la acumulación del mismo en determinadas zonas.
Cómo repararlo en caso de rotura
Pese a todas las ventajas que hemos mencionado, el maquillaje en polvo en formato compacto presenta un inconveniente: se puede romper fácilmente. ¿A quién no le ha pasado? Esto puede resultar frustrante, especialmente, si el producto está prácticamente sin uso. Pero no te preocupes, puedes arreglarlo en casa sin necesidad de tener que volver a la tienda a comprar uno nuevo.
- Ten a mano todos los materiales necesarios: antes de comenzar a reparar tus polvos compactos de forma casera, asegúrate de tener a mano los siguientes elementos: alcohol isopropílico de 70% o más, un atomizador, un palito de madera o una espátula pequeña, una bolsa de plástico con cierre y una moneda del tamaño adecuado. No olvides que todos los materiales que vayas a utilizar deben estar previamente desinfectados para evitar contaminar el polvo compacto.
- Rompe el maquillaje: sí, rompe el maquillaje del todo dentro de su envase original. Hazlo con cuidado para evitar desperdiciar producto. Esto te ayudará a poder manipularlo mejor e impedirá que queden fragmentos sueltos al repararlo.
- Triturar y nivelar: una vez hecho el paso anterior, a continuación tendrás que colocar la bolsa de plástico sobre el maquillaje en polvo roto. Termina de triturar con la moneda para dejarlo lo más fino posible. Después, coge la espátula o el palito de madera para que el polvo quede uniforme.
- Humedece con alcohol: atomiza alcohol sobre el polvo triturado. Este debe quedar lo suficientemente humedecido para que adquiera una textura pastosa.
- Compacta el polvo: coge de nuevo la espátula o el palito de madera para compactar el polvo dentro del envase original, presionando suavemente, para que se adhiera y quede uniforme.
- Deja secar: es muy importante que dejes secar los polvos, al menos 24 horas. Colócalo en un lugar seco y ventilado para que el alcohol se evapore completamente.
Saca el máximo provecho a este método fácil y casero siguiendo estos sencillos pasos, y podrás devolverle la vida a ese colorete o paleta de sombras favoritas,y sin necesidad de tener que volver a comprar el producto.