Imagen de archivo de un hombre en medio de una crisis emocional.

Imagen de archivo de un hombre en medio de una crisis emocional. iStock

Vivir

Qué es la quiebra emocional: estos son sus signos de alerta

La también conocida como bancarrota emocional implica que una persona no sea capaz de gestionar sus estados emocionales. 

1 septiembre, 2023 02:49

"Cuando tienes dinero en tu cuenta bancaria puedes pagar las facturas, comprar cosas, acceder a servicios y tener un estilo de vida más o menos cómodo. Cuando estás en bancarrota, cuando tu cuenta está en números rojos, no puedes pagar nada. Este mismo concepto se aplica a las emociones". Así explica en su pódcast el psicólogo Robert Sasuke, experto en desarrollo humano y emprendimiento, lo que es la quiebra o bancarrota emocional.

Cuando una persona se sume en este estado, no es capaz de expresar, procesar, compartir o aceptar sus emociones. Estas, simplemente, le superan, se ve desbordada. Si las emociones le controlan, y no es capaz de domarlas, tal vez esa persona se encuentre en esta situación. 

Estar más irritable, no ser capaz de expresar de manera asertiva las emociones o atacar a los demás al hacerlo son algunas de las señales de alerta de la quiebra emocional. Además, tal y como explican en el portal El rincón de la psicología, en ocasiones la bancarrota emocional puede mostrarse a través de indiferencia o de esa sensación de que todo nos es ajeno. Pero también puede manifestarse con un tsunami de sentimientos y pensamientos negativos que la persona no puede parar. 

[El mapa de la ansiedad: tres consejos de un psicólogo para entender y aprender a gestionar este trastorno]

Señales de alerta

Irritación constante. Los pequeños detalles o las cosas intrascendentes irritan a la persona en cuestión. Es incapaz de convivir o superar detalles que, en otras circunstancias o momento, hubiese pasado por alto.

Represión vs. bombardeo. La persona reprime sus emociones hasta el punto en que, un día, de buenas a primeras, explota y las deja fluir de golpe. 

Humor cambiante. El humor de la persona cambia de golpe, sin previo aviso y sin explicación: el yoyó de su estado de ánimo para de la tristeza a la euforia en minutos. 

Adiós a las emociones. La persona se niega a aceptar según qué emociones y se culpa por experimentarlas. 

Aislamiento. Una persona en quiebra emocional no es capaz de compartir sus emociones y, por el contrario, se encierra en sí misma. Además, tiende a pensar que nadie más podrá comprenderle. 

Distancia emocional. Esa persona levanta una barrera con sus seres queridos y se ve incapaz de establecer un vínculo empático y afectivo. 

Sin salida. La indefensión aprendida se introduce de lleno en la vida de una persona en bancarrota emocional, y es que es incapaz de encontrar una salida a la situación en la que se encuentra.

La quiebra emocional afecta tanto a la persona que la sufre como a todo su entorno. El estrés emocional que provoca acaba, con el paso del tiempo, generando trastornos de ansiedad o depresión.

[Cómo tratar la ansiedad: dos expertos derriban sus mitos para que puedas mejorar tu salud mental]

Pero, como alertan en El rincón de la psicología, la bancarrota emocional no sucede de la noche a la mañana. Como ocurre con la bancarrota económica, se trata del estadio final de todo un proceso.

El camino hacia la bancarrota

Hay determinados comportamientos y situaciones que sitúan a una persona en el camino hacia la quiebra emocional. Conocerlos es clave para poder detectarlos y pedir ayuda profesional antes de que sea tarde. Algunos son:

  • Hacer demasiadas cosas, estar sobrecargado de actividades y tareas que impiden que se 'recarguen las pilas'.

  • No prestarle atención a las señales de alarma. 

  • Procrastinar las emociones y el autoanálisis y pensar que todo mejorará cuando la situación cambie o los problemas desaparezcan. El problema está en que, normalmente, unos problemas vienen sucedidos de otros. 

  • Planear el futuro a todo detalle sin enfrentarse al aquí y ahora y sin tomar medidas, soluciones o pedir ayuda en el presente.