En el pasado mes de marzo se cumplieron 60 años del estreno de una de las películas más taquilleras de todos los tiempos. The Birds, obra culmen de Alfred Hitchcock, revolucionó la historia del cine y llevó a la gran pantalla a una de las especies de aves más representadas de la cultura popular: el cuervo.
[La increíble historia del estornino de Mozart, la peculiar mascota a la que enseñó a cantar]
A lo largo de los siglos, este pájaro de pico grueso y plumaje negro ha sido objeto de supersticiones, mitos y representaciones en las artes y en la literatura de todo el mundo. En muchos pueblos indígenas del Extremo Oriente de Rusia, incluso ha sido venerado como un dios o considerado un símbolo espiritual de gran importancia en el folclore.
Lo cierto es que hay muchos datos que justifican la admiración por estas aves paseriformes. Según un estudio publicado en 2017 en la revista Science, los cuervos son tan inteligentes como los simios e incluso pueden llegar a desempeñarse igual de bien como los niños pequeños en determinadas tareas.
En un sencillo experimento, los científicos enseñaron a un grupo de estas aves cómo una herramienta podía ayudarles a acceder a comida. 24 horas más tarde regresaron con ellas y les dieron a elegir entre una selección de objetos, a lo que los cuervos respondieron escogiendo de nuevo esa herramienta específica y la utilizaron para conseguir alimento.
Otra investigación publicada dos años antes también reveló que esta especie tiene una memoria asombrosa para recordar las caras humanas, aunque la pregunta a la que la ciencia todavía no ha tratado de responder —precisamente porque quizás no haga falta— es si estos avispados animales también son capaces de hablar, un mito que todavía perdura en la cultura popular.
¿Hablan como nosotros?
Se ha dicho muchas veces que los cuervos, al igual que los loros, emiten sonidos similares al de un humano cuando mantiene una conversación. Los cuervos no pueden hacerlo, si bien es cierto que, al igual que otros miembros de la familia, son capaces de imitar los sonidos de su entorno.
Los cuervos no poseen la capacidad de habla que tenemos las personas, pero sí que pueden imitar su voz. Este fenómeno se puede observar mejor en el cuervo grande (corvus corax), dotado del don necesario para imitar un amplio abanico de vocalizaciones.
Los cuervos producen estas vocalizaciones desde la siringe, explica un estudio conducido por la Universidad de Utsunomiya (Japón). La siringe es el órgano fonador de las aves y se compone, en su caso, de varios pares de músculos que les permiten tener un gran repertorio de voces.
Además, existen otras especies de cuervos, como el de Nueva Caledonia, que no solo es capaz de imitar una voz parecida a la humana, sino que incluso sabe recrear risas, estornudos y otros sonidos que estas aves, en medio de los experimentos, aprendían de la interacción con los investigadores.
Sueños y otras curiosidades
Pese a que las curiosidades que giran en torno a ellos pueden resultar incluso más interesantes que los mitos, hay uno que ha pasado a la historia y que todavía hoy hace que los cuervos estén asociados a connotaciones negativas.
En España, todavía hay quien considera que soñar con ellos puede traer el mismo efecto que ver a un gato negro en la calle. En otras culturas, como la peruana, soñar con cuervos se asocia con una "advertencia" de que hay muchas personas observándote de cerca, en muchos casos para desear que fracases en tus proyectos personales.
Otras interpretaciones se relacionan con una posible traición por parte de alguien que conocemos, con una pérdida económica o con un trabajo que no prosperará. Incluso, hay quien dice que soñar con cuervos muertos no va asociado a un significado negativo, sino todo lo contrario: podría ser una señal de que la mala suerte ha terminado.