La temporada estival expone la piel a numerosos factores ambientales, no siempre favorables. Cloro, sal, exposición solar... pueden alterar el equilibrio natural de nuestra piel pero también de nuestro pelo o incluso uñas.
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Sus consecuencias son más o menos visibles. Entre ellas, destaca por ejemplo la aparición de durezas o grietas, en zonas sensibles como la de los pies o de los codos. "Las palmas de las manos y las plantas de los pies son las únicas partes del cuerpo donde no tenemos glándulas sebáceas y, como consecuencia, estas zonas se secan más fácilmente.
Mientras que en las manos sí que incidimos más en la hidratación de manera consciente o inconsciente (todo lo que aplicamos en el rostro pasa por nuestras manos), no ocurre así en los pies y, por lo tanto, es muy común que tras unas semanas con los talones al descubierto aparezcan las durezas e incluso pequeñas grietas que pueden desembocar en heridas", explica Sonia Ferreiro, cosmetóloga y biotecnóloga en Byoode.
Algunos ingredientes resultan especialmente útiles a la hora de cuidarlos. Descubre uno de los que más convence a los expertos.
El retinol, una ayuda clave
"El retinol, ingrediente, que cada vez es más usado nos permite conseguir una piel con mejor aspecto y libre de imperfecciones", recuerdan los expertos de Inhouse. ¿Su secreto? "Estimula la producción de colágeno y ácido hialurónico y ofrece otros grandes beneficios a nuestro rostro, como: mejorar la textura, aportar firmeza y unificar el tono de la piel, así como disminuir las arrugas y primeros signos de la edad", añade el equipo de Equivalenza.
Su acción es por lo tanto clave, también en zonas agrietas: "Es un gran aliado para acabar con las durezas y las grietas de los pies que se hacen más visibles en verano con el uso de sandalias y chanclas", cuenta Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD.
¿Cómo usarlo?
"En el caso de que usemos un suero con retinol específico para el rostro, pero en los pies, durante los catorce primeros días, limita la aplicación a dos noches o tres noches por semana solamente, evitando el uso en días consecutivos. Es decir, los retinoides deben ser aplicados en intervalos de alrededor de tres días.
Después, durante las dos semanas siguientes, aplica con alternancia: una noche sí y otra noche no. A partir de entonces, puedes incorporar su uso en todas las noches. Tanto si estás utilizando retinoides como si no, es esencial priorizar la utilización de protección solar, dado que las manos comúnmente enfrentan una exposición fotográfica significativa", advierte Natalia Abellán, directora técnica de Ambari.
Un uso consciente
Los expertos de Equivalenza nos brindan algunos consejos más para usarlo de forma eficaz:
- Usar de forma lenta pero segura, acostumbrando poco a poco a la piel: a diferencia de otros activos como el ácido hialurónico o la niacinamida, empieza por incorporar el retinol 2 días a la semana. Luego, conforme reaccione tu piel, puedes agregarlo más días hasta sentirte cómoda.
- No mezclar con otros activos o exfoliantes: se recomienda usar el retinol durante las noches, momentos en los cuales debes evitar usar cosméticos con ácidos exfoliantes (como el láctico, mandélico o glicólico). También, evita usarlo como sérum de día, mejor usa Vitamina C.
- Usar solo una pequeña cantidad en cada aplicación: por su efecto potente y alta efectividad, debemos aplicar el retinol solo en pequeñas cantidades. Esto es importante ya que, si nos excedemos de la dosis recomendada, puede llevar a problemas de irritación, enrojecimiento, descamación o sequedad; en algunos casos, incluso puede causar hiperpigmentación o manchas oscuras en la piel.
- Protección solar, el aliado para todo tratamiento: de nada sirve cualquier tratamiento antiedad si no incorporas el uso de crema solar dentro de tu rutina. Debes usarlo cada mañana y reaplicar durante el día.