Si estás al tanto de Japón y su cultura, probablemente hayas escuchado mucho la palabra ‘kawaii’. Esta palabra japonesa suele traducirse como ‘mono’ o ‘adorable’ y se asocia generalmente al mundo del anime y del manga. El concepto, que nació como una tendencia japonesa, se ha convertido en todo un fenómeno mundial, extendiéndose a muchos aspectos de la vida moderna como el arte, la moda, la tecnología e incluso la gastronomía.
Se cree que la cultura kawaii nació en los años 70 del siglo pasado, cuando los adolescentes japoneses desarrollaron su propio estilo de escritura infantil. El rápido crecimiento económico en aquel momento de Japón, supuso un boom de las subculturas de consumo, entre las que se encontraba la cultura kawaii.
Tal y como explican desde My Modern Met, esta tendencia adquirió diversos nombres como marui ji (escritura redonda), koneko ji (escritura de gatito) y burikko ji (escritura de niño falso), y la escritura presentaba líneas curvas junto a corazones, estrellas y caras de dibujos animados.
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Muchos creen que esta tendencia nació como una forma de rebelión frente a la cultura extremadamente rígida resultante de la posguerra de la Segunda Guerra Mundial. En todo caso, lo ‘mono’ era una forma de expresar la individualidad en un mundo marcadamente limitado por la sociedad.
El ejemplo quizás más famoso dentro de la cultura kawaii es Hello Kitty, un personaje felino creado para adornar toda una gama de productos y accesorios. Encargado por la empresa Sario y diseñado por Yuko Shimizu, apareció por primera vez en 1974 en un monedero. Fue todo un éxito. Para la década de 1990, aunque al principio estaba dirigido para niñas preadolescentes, la marca se expandió a otros productos dirigidos a adultos y adolescentes.
Desde entonces, tanto Sanrio como otros fabricantes han desarrollado un sinfín de personajes que se han convertido en iconos pop en todo el mundo. Seguramente te suenen Pikachu, Doraemon, Kirby o Totoro. Todos tienen algo en común. Y es que son personajes que nos parecen muy adorables. Son tan tiernos que nos dan ganas de abrazarlos.
Cómo es algo 'kawaii'
Todos los personajes kawaii son diferentes, aunque casi todos comparten unos rasgos comunes. Por lo general, estos personajes están diseñados con un estilo muy simplista y tienen cabezas grandes, cuerpos pequeños y compactos, ojos muy abiertos, una nariz pequeña y poca o ninguna expresión facial. Asimismo, están delineados con una gruesa línea negra y su paleta de colores suele ser de tonalidades pasteles.
La sencillez es muy importante en su éxito, ya que los personajes están diseñados de tal forma que son capaces de expresar mucho con poco. Precisamente, los pocos detalles —muchos están diseñados sin dedos o sin boca, como Hello Kitty— y la falta de emociones es lo que realmente los hace tan adorables, ya que permite a los espectadores proyectarse en el personaje.
Tal y como escribe el profesor de la Universidad Gakugei de Tokio, Joshua Paul Dale, en un artículo de opinión para la CNN, “kawaii es un sentimiento puro de alegría descarada ante la presencia poco exigente de cosas inocentes, inofensivas y agradables. Se trata de personajes “instantáneamente digeribles” y “debido a la naturaleza pura de la ternura kawaii, casi nunca es malinterpretado”.
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Hoy en día, podemos encontrar la cultura kawaii en muchos aspectos y ha traspasado las barreras de la subcultura. En Japón, empresas tan grandes como Nissan, Sony o Mitsubishi han echado mano de la estética kawaii para atraer a nuevos clientes. También ha llegado al arte, con artistas tan notables como Takashi Murakami, fundador del Movimiento de Arte Superplano. Algunos de sus personajes más reconocidos son sus flores sonrientes o la figura icónica de Mr. DOB.