Cuando nos damos una ducha o un baño el objetivo es limpiar el cuerpo y el pelo, no importan lo bien que lo hagamos si, al terminar, no nos secamos bien. El contacto directo con la piel y la humedad continua suelen convertir las toallas en un foco para la proliferación de hongos y bacterias.
En este momento final se pueden cometer infinidad de errores que tirarán por tierra la ducha anterior, ya que las bacterias que habitan nuestro cuerpo pueden esparcirse por él con la simple ayuda de la toalla.
¿Cuál es la manera correcta de secarse?
El doctor Kerry Lebenger, experto alergólogo e inmunólogo del Summit Medical Group of Berkeley Heights y con más de 20 años de experiencia, explica en un vídeo para Bussines Insider todos los errores que cometemos a la hora de secarnos con las toallas tras la ducha y que tienen un denominador común que es que la toalla empleada se llene de bacterias y, de esta manera, hagamos trabajar más de la cuenta a nuestro sistema inmunitario.
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Según explica Lebenger, lo ideal es secarse el cuerpo en sentido descendente para evitar expandir las bacterias de nuestro cuerpo, más abundantes en la zona inferior del cuerpo. Además, es recomendable no secarse la cabeza con la misma parte de la toalla con la que se haya secado antes otras partes del cuerpo (por ejemplo, la zona genital).
Para eliminar el exceso de agua del cuerpo se pueden utilizar las manos antes de salir de la ducha, empezando por la parte superior y siguiendo hacia abajo. Así, una vez que se ha retirado este exceso de agua de la piel y el pelo, puedes pasar a secar la piel con una toalla.
Al secarnos, en las toallas se depositan pequeños restos de células muertas o de fluidos corporales que, aunque no se ven a simple vista, están ahí y contienen cierto número de bacterias. Secar bien las toallas tras la ducha es clave a la hora de evitar que se convierta en un foco de bacterias.
La humedad que queda en la toalla y las temperaturas cálidas de nuestros hogares, hacen que sean el lugar ideal para el crecimiento de bacterias, por eso es importante saber cada cuánto hay que lavar las toallas y así evitar problemas derivados tanto de los gérmenes como de los malos olores.
Cada cuánto hay que lavar la toalla
El segundo error común está en el lavado de las toallas, que ha de hacerse cada dos o tres días y utilizando agua caliente y detergente con algún tipo de desinfectante, según el doctor Lebenger. Excederse con el detergente puede ser también un error ya que puede dejar restos que sirvan de alimento a las bacterias.
Las indicaciones de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) son similares, recomiendan que el lavado de las toallas se haga una vez por semana para que no sean foco de gérmenes y malos olores.
Si son las que usamos en el gimnasio es mejor ponerlas en la lavadora después de cada uso. Y en cualquier caso, es mejor no compartir nunca las toallas.