En esta época del año, convergen dos situaciones que no son nada buenas para conseguir una mayor eficacia en el trabajo.

['Monk mode': el eficaz truco de los monjes para que dejes de procrastinar en sólo 5 pasos]

De forma habitual, durante la jornada laboral perdemos la concentración de forma fácil por una llamada de teléfono que entra, un wasap que creemos que hay que responder, un mail, una llamada de atención de un compañero...

Pero cuando llega el otoño esta concentración se vuelve todavía más difícil y las ocho horas de trabajo suelen alargarse o bien, la tarea se queda sin hacer.

En septiembre, coincide que estamos de vuelta del verano, una época mucho más relajada, con vacaciones incluidas, con la bajada de la temperatura y las lluvias, cosa que nos afecta física y psíquicamente.

Se produce una sensación de nostalgia y con ello, una caída anímica. Esto dificulta una óptima productividad, sobre todo, durante las primeras semanas.

Con esta problemática en mente, Miguel Navarro, CEO de Productividad Feroz, escuela online de mejora de los hábitos y la productividad, propone una serie de consejos para optimizar la jornada laboral durante los meses del otoño:

Un nuevo comienzo

Aprovecha este periodo para empezar lo que has ido retrasando: hacer ejercicio, cuidar la alimentación, retomar alguna afición que habías dejado de lado. Comienza el curso escolar y con él un nuevo comienzo, en el que puedes marcar nuevos objetivos después de la procrastinación del verano y de la relajación.

Cuestiona tus objetivos

Hazte preguntas sobre por qué es importante retomar el trabajo, qué objetivos te puedes marcar para ser productivo. Es importante también recordar lo que te motiva a la hora de trabajar, que puede ser un nuevo proyecto, un ascenso, un salario o incluso, las próximas vacaciones.

Compromete 5 minutos

Hazte el firme compromiso de dedicar 5 minutos a una nueva tarea. Esto te permitirá continuar de forma fácil. Cuando pasen esos primeros 5 minutos tendrás ganar de continuar con la tarea, ya sea algo de trabajo o incluso, deporte.

Las dos fases

Si eres de ese tipo de personas, cuando te paralices pensando en la carga de trabajo que tienes, date unos minutos para pensar, 10 ó 15, estructura un plan y a continuación pon en marcha la segunda fase, y aplica todos tus pensamientos al trabajo, de esta forma puedes sacar tiempo para todo en lugar de simplemente perderlo.

Elimina hábitos no necesarios

Igual que hay que adquirir nuevos hábitos para mejorar la calidad de vida y la laboral, lo mismo sucede con el polo opuesto. Es necesario eliminar todas aquellas acciones que no nos aportan nada para centrarnos en lo absolutamente prioritario, de esta forma rendiremos mejor en el trabajo.

Ten clara una visión 

Al volver de vacaciones la nostalgia nos puede, pero tenemos que enfocarnos en la visión y objetivo que queremos cumplir con nuestra vida profesional, de esta forma será mucho más fácil centrarse en esos objetivos a corto plazo que hay que cumplir para poder alcanzar aquellos que se darán a mayor plazo.

Protege el tiempo

Muchas veces permitimos interrupciones que no nos podemos permitir, dedicamos tiempo a ayudar a los demás en lugar de enfocarnos en nuestros propios objetivos. Durante las primeras semanas de trabajo es necesario aterrizar, y primero cumplir los objetivos propios antes de enfocarnos en ayudar a los demás.

Desconectar

La vuelta a la realidad es dura y es necesario centrarse, pero si se hace demasiado pesado es positivo tomarse unos minutos para descansar la mente y distraerse, y así poder ser más productivos con las tareas cuando acabe ese tiempo de descanso.

Cambia el lenguaje

Cambiar el 'tengo que' por 'quiero'. Levantarse del sofá para realizar una tarea compleja del trabajo tiene una connotación negativa, pero finalmente es una elección personal. Si lo que pensamos es 'quiero terminar esto', es una afirmación más positiva que va a reafirmarnos. Es imprescindible cuidar los pensamientos que dirigimos a nosotros mismos.

Planificar

Si revisamos con antelación las prioridades y las organizamos de forma racional, será mucho más fácil cumplir con los objetivos a corto plazo, aunque en ocasiones nos invadan sentimientos de tristeza por la vuelta al trabajo. La organización es clave para la vuelta a la rutina.