Las juntas de los azulejos suelen ser uno de los focos de mayor acumulación de suciedad y grasa. Una masilla oscurecida ofrece un aspecto más descuidado del ambiente, captando la atención de quienes entran a la habitación. Para garantizar un espacio limpio es esencial mantener una limpieza periódica en ciertas áreas. 

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La cocina y el baño son las partes de la vivienda donde se retiene más polvo, moho y otros residuos debido a su uso cotidiano. Por este motivo, es muy importante mantener una rutina de limpieza frecuente para conservar el brillo original de las juntas y prevenir la acumulación irremediable de suciedad. 

El reemplazo de la masilla de nuestros azulejos, más allá de ser una tarea que demanda precisión y paciencia, puede implicar una considerable inversión de tiempo y dinero. Para evitarlo, te proponemos siete trucos eficaces con ingredientes que, seguro, forman parte del inventario básico de cualquier hogar

Es fundamental, antes de aplicar cualquier producto, considerar el tipo de superficie con la que se va a trabajar ya que algunas no son compatibles con ciertos productos como el vinagre, debido a que pueden resultar manchadas en las zonas en las que se aplique.

Si se trata de una superficie esmaltada, como los azulejos, contamos con cinco fórmulas para eliminar la suciedad al completo y no hacer de esto una tarea desafiante. 

  • Agua, vinagre blanco y detergente para lavavajillas. Añade los ingredientes a un envase, preferiblemente de spray, y agítalo hasta lograr una mezcla homogénea. Pulveriza y frota las juntas con un cepillo, que no tenga las cerdas muy duras, y quita la suciedad con un paño de microfibra.
  • Amoniaco. Es una gran solución para limpiar los azulejos dadas sus propiedades desengrasantes. Cepilla la masilla, limpia los restos con una bayeta húmeda y seca con un paño. Es importante que utilices guantes y abras la ventana para no marearte, ya que es un producto muy fuerte.
  • Lejía y agua caliente. Mezcla ambos elementos en un pulverizador y frota de forma enérgica con un cepillo. Cuando termines, enjuaga la superficie con agua fría.
  • Bicarbonato, vinagre y agua caliente. Es una fórmula menos agresiva y que puede ayudar a combatir las zonas más ennegrecidas. Es necesario frotar con un cepillo tras su aplicación. 
  • Alcohol para quemar. Se puede utilizar de forma aislada, pero mezclado con amoniaco, detergente y medio litro de agua aumenta su eficacia. Tras su aplicación, es recomendable esperar unos minutos para que se desprenda la grasa de las juntas y poder limpiarlo con mayor facilidad. 

Para las superficies más delicadas, como bañeras o mamparas, combina una taza de bicarbonato de sodio con un cuarto de taza de detergente y un cuarto de agua. Aplica esta mezcla sobre la superficie que quieras limpiar y déjalo reposar durante unos minutos. Luego, frota con suavidad y elimina los restos de suciedad con un paño.

En situaciones en las que el moho está presente, el agua oxigenada es la mejor opción. Aplícalo sobre la superficie afectada y deja actuar durante 10 minutos. 

Si después de probar estas soluciones los azulejos no han quedado como esperabas, puedes comprar un blanqueador específico para juntas y tras 30 minutos de reposo las tendrás como nuevas. Como alternativa rápida, el roturador para juntas también es una buena opción para conseguir un resultado efectivo y satisfactorio. 

Cómo evitar la suciedad

La prevención es el mejor método para evitar un deterioro irreparable en las juntas. Es recomendable ventilar de forma adecuada las zonas propensas a la humedad, como baños y cocinas, para evitar el desarrollo del moho. También se aconseja secar las superficies después de su uso, como la ducha, para evitar la acumulación de agua.