El Libro Guinness de los Récords recoge una colección de logros históricos, desde los animales más longevos del mundo o la persona con las uñas más largas del planeta hasta la serpiente más grande y el dominó humano más extenso jamás visto.

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De los logros humanos a los más extremos del mundo natural, una vez entras en este libro de los récords, es que has batido una marca mundial —de las que se tiene constancia, al menos—.

España ha protagonizado sus páginas en algunas de las ocasiones, con la paella más grande del mundo, la escultura más grande realizada en Mármol Blanco o el bocadillo de jamón más largo del planeta.

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A pesar de que muchos de estos puestos hayan ido renovándose con el paso de los años y otros países nos hayan arrebatado algunos de ellos, hay uno que conservamos desde el 2016: la línea de visión más larga del mundo fotografiada.

443 km en una fotografía

El récord mundial de fotografía lejana se tomó entre dos cordilleras europeas, desde el pico Finestrelles en Girona, hasta el pico Gaspard en Francia. El protagonista, Marc Bret i Gumà, viajó a más de 400 kilómetros en solo una imagen.

La fotografía se hizo con una Panasonic Lumix FZ72 y tuvo diversos preparativos mucho antes de ser tomada, no solo el lugar fue elegido estratégicamente, sino que Marc Bret tuvo que tener en cuenta la situación meteorológica para poder batir el récord.

Hay muy pocos sitios en la Tierra donde sea posible extender la línea de visión tan lejos, es por ello por lo que el fotógrafo tuvo que pensar detalladamente para conseguir que ambos puntos se captasen.

Debido a la curvatura de la Tierra, tanto el observador como el objeto deben estar a altitudes suficientemente altas para que el objeto sea visible a larga distancia. Cuanto más alto esté un observador, más lejos podrá ver antes del horizonte. 

Si la Tierra tuviera un radio uniforme, sin montañas ni valles, un individuo de seis pies de altura vería el horizonte a cinco kilómetros de él. Por ese motivo, Marc subió hasta el Finestrelles, para lograr una elevación mucho superior.

El temporal, ¿aliado o enemigo?

Marc Bret tuvo que estudiar la meteorología de la zona y la posición del Sol según la época del año antes de decidir qué día iba a tomar la fotografía. Para lograr una calidad decente y digna de un récord Guinness, había que esquivar al máximo el factor climático.

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El requisito que necesitaba para ello era una transparencia atmosférica, que es el factor que nos deja ver —entre otros fenómenos— las lluvias de estrellas con más claridad. Una buena transparencia deja recibir más luz, por lo que facilita la observación de objetos más débiles y observaciones de cielo profundo.

El 16 de julio de 2016 fue la fecha elegida, con una cámara que utilizaba de hacía unos años, la Panasonic Lumix FZ72 y un solo propósito: encontrar su nombre en el libro de los récords Guinness.

Unos meses antes, en enero del 2016, Marc Bret fotografió la sierra de Tramuntana de Mallorca desde el Tibidabo, con la que no consiguió batir el récord. Finalmente, cinco meses después, superó ampliamente el hito precedente de 370 km