Conseguir que nuestra casa permanezca limpia y en orden puede asemejarse a un auténtico reto. Aún así, es posible superarlo aplicando algunas pautas básicas. Así nos lo recuerdan a menudo gurús del orden como Marie Kondo quien desarrolló el llamado método KonMari con el fin de responder a las necesidades de organización de millones de personas.
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Entre estas técnicas bien conocidas destacan, por ejemplo, el almacenamiento de ropa en vertical, la clasificación de los objetos por categorías o el despedirse de objetos inútiles de forma progresiva. El método FlyLady propone deshacerse de un objeto por día, lo que reduce gradualmente la acumulación de desorden y de cosas innecesarias que complican la limpieza del hogar.
Algunos objetos de nuestra vida cotidiana, sin embargo, se pueden resistir por sus características. Es el caso de las sábanas. Doblarlas y almacenarlas no siempre resulta tan fácil, sobre todo en el caso de las bajeras, por sus esquinas redondeadas. Un tip permite, sin embargo, conseguirlo a la perfección en menos de 60 segundos: el 'truco del bolsillo'.
¿Cómo aplicarlo?
Une uno de los extremos de la sábana con el otro, dejándola por la mitad. Dobla la sábana de nuevo para que coincidan sus puntas. Coloca la sábana, doblada, sobre una superficie plana y dobla las esquinas de manera a que solo quede un cuadrado. Solo te falta volver a doblar la sábana para formar un rectángulo, mucho más fácil de almacenar.
El último método recomendable es el de Marie Kondo. La experta nos lo explica: coloca la sábana sobre una superficie plana, en horizontal. Dobla la sábana hasta la mitad de su superficie. Haz lo mismo con el otro extremo, de manera a que quede encima de la otra mitad. Dobla la sábana por la mitad, de un lateral a otro, de manera a que quede como un rectángulo. Vuelve a doblarla por la mitad para formar un rectángulo más pequeño. Ya formado, puedes optar por dejarlo en formato vertical en una caja o en un cajón o enrollarlo para conseguir aún más espacio.
Esta técnica se puede aplicar a otros tejidos de cama, incluso a mantas, siempre y cuando el grosor no sea demasiado importante.
Sea cual sea el método que elijas, ten en cuenta que la calidad de tus sábanas es clave. En este sentido, no dudes en invertir en diseños de tejido natural: "Te ayudarán a conciliar mejor el sueño gracias a su transpirabilidad, capacidad de absorción de humedad y su agradable sensación suave. El gran regulador térmico de nuestro cuerpo son nuestras extremidades. Saca los brazos o piernas cuando lo necesites", recuerdan los expertos de Conforama.