Si hay algo que coincide en todas las películas antiguas ambientadas en castillos, son las escaleras de caracol, estrechas, empinadas y que parece que no tienen fin, esta forma característica existía realmente y lo inventaron con un propósito muy útil.
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Hoy en día, las escaleras de caracol se utilizan como un detalle estético y como conveniencia para aprovechar espacios mínimos; sin embargo, su origen ha resultado ajeno a estas funcionalidades.
Prácticamente, en todos los castillos o fortalezas militares, las escaleras en espiral están construidas en el sentido de las agujas del reloj según subes, y en sentido contrario según bajas, además de ser considerablemente reducidas y con curvas muy pronunciadas.
Esta arquitectura medieval fue diseñada no solo para la protección de los caballeros y soldados, sino también para crear una estrategia defensiva de cara a los posibles invasores: dificultar su acceso a la torre, mientras que ellos conocían todas las ventajas.
Una arquitectura defensiva
La arquitectura medieval estaba premeditada con miles de detalles diseñados con el propósito de proteger la fortaleza, evitar posibles invasiones y garantizar la seguridad de todas las personas que habitasen en el castillo.
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Esta disposición tenía como principal objetivo ralentizar a los atacantes, quienes se veían obligados a rodear cada curva de la pared interior. La distribución permitía que los defensores utilizaran la pared interior como especie de escudo y los atacantes estuvieran mucho más expuestos.
Los guerreros, con las armaduras, tenían muy complicado el acceso para subir en fila por las escaleras, un detalle que se sumaba a la falta de iluminación en el lugar. La oscuridad hacía que los atacantes tuvieran más difícil ganar equilibrio o impulso mientras ascendían.
El sentido de las agujas
La orientación favorecía a la defensa desde arriba hacia abajo, el atacante tenía su mano derecha obstruida por la estructura mientras el defensor podía maniobrar su arma con mucha mayor libertad y, además, desde una altura superior.
Estas escaleras también fueron diseñadas para que tuvieran altura desigual. Si bien los habitantes del castillo estaban familiarizados con los patrones, los atacantes desconocían la estructura.
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De esta misma manera, subir era mucho más complicado que bajar debido al sentido de las agujas del reloj, la cual apoyaba a aquellos que viniesen desde arriba, mientras que los que subían en esa dirección, tenían muchas más dificultades.
Aun así, existen muchos castillos que no tienen esta disposición, como algunos construidos en Reino Unido, que da lugar a consideraciones bélicas por expertos: si el ejército que ataca tu castillo ha logrado atravesar tus murallas y está subiendo por las escaleras, el sentido de las mismas ya no tiene importancia.