La ducha diaria es un hábito común en la mayoría de culturas, que no solo promueve la higiene personal, sino que también proporciona un momento de relajación y cuidado propio. Se trata de una acción que la mayoría de las personas realiza de manera automática, sin pensar demasiado en los productos o accesorios que utilizan. 

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Entre estos accesorios, la esponja es un elemento empleado para aplicar jabón y exfoliar la piel. Sin embargo, a medida que examinamos de cerca las rutinas de ducha, surge la pregunta: ¿es seguro ducharse con una esponja?

Aunque para muchos es considerado un accesorio esencial para una limpieza más profunda, los expertos advierten sobre posibles peligros asociados con su uso regular. Parece ser que las esponjas no son tan inocentes como parecen, y no solo en relación con la salud, también tienen consecuencias en el medioambiente. 

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Irritación cutánea y sensibilidad

Las esponjas, especialmente aquellas con texturas ásperas, pueden causar irritación en la piel. Al frotar intensamente, se pueden eliminar las células muertas de la epidermis, pero también se corre el riesgo de dañar la capa protectora de la piel. Algo particularmente preocupante para quienes tienen piel sensible o condiciones dermatológicas preexistentes, como eccemas o psoriasis. 

En relación con ello, los dermatólogos advierten que el uso excesivo de esponjas en la ducha puede eliminar los aceites naturales de la piel, contribuyendo así a la sequedad y aumentando la sensibilidad cutánea. Por lo que, en lugar de mejorar la salud de la piel, el uso regular de esponjas podría tener el efecto contrario. 

Proliferación de bacterias y hongos

Otro de los peligros asociados con el uso de las esponjas en la ducha es la proliferación de bacterias y hongos. Estos organismos encuentran en las esponjas un ambiente cálido y húmedo ideal para reproducirse. 

A medida que la esponja se humedece y se guarda en la ducha, se crea un entorno propicio para el crecimiento de microorganismos, algunos de los cuales podrían ser perjudiciales para la salud. Ya que, al entrar en contacto con la piel durante la ducha, estas bacterias podrían provocar infecciones cutáneas e incluso más graves. 

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Riesgo de lesiones y rasguños

La textura de algunas esponjas puede ser más abrasiva de lo que se percibe inicialmente. El uso excesivo o la aplicación de presión durante la ducha puede ser causa de rasguños y lesiones cutáneas. Las áreas más delicadas y, por tanto, las más propensas a sufrir daños son la cara, el cuello y las partes íntimas.

Además, las esponjas que retienen residuos de jabón o productos de limpieza pueden acumular partículas que podrían causar irritación y contribuir a la obstrucción de los poros, incrementando problemas como el acné. 

Con el fin de concienciar a la población de las posibles consecuencias negativas que tienen las esponjas en nuestro cuerpo, un farmacéutico español muy conocido en el panorama de TikTok, ha publicado un vídeo en el que expone los daños del uso de este elemento en nuestro cuerpo. 

Daño ambiental y sostenibilidad

Además de los riesgos para la salud personal, el uso de estos elementos en la ducha también plantea preocupaciones ambientales. La mayoría de las esponjas están hechas a partir de materiales sintéticos, como poliuretano, que son difíciles de descomponer y contribuyen a la acumulación de desechos plásticos

Por ello, la producción y eliminación de estos productos tiene un impacto significativo en el medioambiente. Optar por alternativas más sostenibles, como esponjas biodegradables o cepillos de baño hechos con materiales naturales, puede ayudar a reducir la huella ecológica asociada con la rutina de ducha. La conciencia ambiental también forma parte del autocuidado responsable.