Cuando uno se convierte en padre o madre, es como si se abriera una nueva puerta, pero no conocemos qué hay más allá. Las necesidades del recién nacido van apareciendo y los interrogantes se multiplican: ¿cuándo debo dejar de amamantarlo?; ¿cuánto tiempo debe dormir?; o, ¿cuántas veces al día debo cambiarle el pañal?
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Lo más probable es que a las primeras dos preguntas ya hayas obtenido una respuesta de tu pediatra o neonatólogo. En cuanto a la tercera, conviene conocer, antes de tener el bebé, el desafío que supondrá cambiarle los pañales. Puede llegar a ser un quebradero de cabeza, sobre todo para los menos experimentados.
"El proceso de cambio de pañales puede parecer un poco antinatural y engorroso al principio, pero enseguida se convierte en algo natural", señala la doctora Liz Donner, pediatra hospitalaria en Orlando (Florida) en declaraciones a BabyCenter. Una de las claves para que no se perciba como una tarea engorrosa e incómoda es, ante todo, hacer partícipe al bebé.
Y para lograrlo, hay que cambiar la percepción. Tal como describe Janet Lansbury en su blog especializado en puericultura, hay que “apreciar el momento como una oportunidad para desarrollar una asociación más estrecha con nuestro hijo”. Ir más despacio, hablar con nuestro bebé, pedirle ayuda y tocarle con mucho cuidado de no incomodarle, según la experta, “puede transformar literalmente una tarea mundana en un momento de enriquecimiento mutuo”.
¿Qué necesitas para cambiar un pañal?
- Pañales
- Crema para pañales
- Toallitas para bebés o un recipiente con agua tibia y paños suaves o bolitas de algodón. Y preferiblemente, sin alcohol ni perfume.
- Un cambiador o una toalla limpia para colocar debajo del bebé
- Un cubo para los pañales sucios
- Una muda de ropa para el bebé (por si acaso)
¿Cómo cambiarlos de manera respetuosa?
Lansbury aconseja, en primer lugar, desprenderse de los escrúpulos y escoger el momento óptimo. Y ese instante es en la pausa de su actividad de juego. "La mayoría de los cambios de pañal pueden posponerse hasta que haya una pausa en la actividad del bebé o del niño pequeño", señala.
En lugar de lanzarles una orden para ir inmediatamente o llevarles a la fuerza a la habitación donde le cambiaremos el pañal, es recomendable preguntarles y esperar su respuesta afirmativa. "Los niños pequeños anhelan la autonomía y se muestran más dispuestos a cooperar cuando respetamos su necesidad de tomar algunas decisiones", explica la experta en puericultura.
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La comunicación, como en cualquier relación afectiva, es clave. "No hagas nada sin decírselo antes", advierte Lansbury. Durante el cambio de pañal conviene centrarnos en el bebé y que él también esté libre de distracciones. Así, afirma la experta, el niño mostrará más predisposición a cooperar.
Además, profesional recomienda "estar abierto a nuevas posibilidades". Además de hacer al bebé partícipe a través de la comunicación, se le puede dar autonomía invitándole a limpiarse solo, a ponerse su propia crema, a quitarse el pañal sucio. "El cambio de pañales no consiste solo mantener limpio al bebé, nuestras manos son la presentación de un bebé al mundo", asegura Lansbury.
¿Cuándo debemos dejar de comprar pañales?
La edad para quitar el pañal es en torno a los 20 meses. Es el momento en el que el bebé empieza a tener un control de sus estímulos y esfínteres. Otros indicios de esta etapa son: si el niño puede subir y bajar escaleras, si sabe apilar cubos de juegos, o si coge un lápiz y objetos pequeños.
Para dejar atrás el pañal, se debe plantear al principio como un juego, con un orinal divertido en el que se pueda sentar durante un tiempo. Y la transición al inodoro debe ser gradual. "Si tu hijo se resiste a usar el orinal o el inodoro, o no le está cogiendo el tranquillo en unas pocas semanas, tómate un descanso", explican desde Mayo Clinic en una nota informativa. Es posible que tarde un tiempo en acostumbrarse. Y, si no lo logra, puedes consultarlo con un especialista.