El primer día de clase es un día muy esperado por los padres, y también por algunos niños y niñas. Entre esta semana y la próxima, miles de niños volverán a sacar de paseo sus pequeñas mochilas de ruedas, listos para reencontrarse con sus compañeros de clase. En un abrir y cerrar de ojos, el mundo de los más pequeños cambiará: su rutina se revolucionará de manera abrupta. Por esta razón y para que esta experiencia sea lo menos traumática posible, los padres y abuelos tendrán que ingeniárselas para incorporar paulatinamente los nuevos hábitos.
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No acostarse tarde, desayunar sano, organizarse, hacer los deberes, controlar el tiempo de ocio o no pasar tanto tiempo frente a las pantallas son algunos de los hábitos que puedes ayudar a incorporar a tus hijos. Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), la vuelta al cole es una oportunidad para adoptar hábitos saludables en la vida de los más pequeños. Pero no es tarea fácil lograrlo.
“La mayoría de las familias acaban encontrando algunos baches en el camino”, señala Joel L. Young, director médico del Centro de Medicina del Comportamiento de Rochester, en un artículo de Psychology Today. Y enumera una serie de problemas que se pueden originar: ansiedad por la escuela, problemas con el material del curso, ansiedad por la separación o problemas de comportamiento en clase.
La vuelta al cole puede generar un cóctel de emociones para los padres, pero sobre todo para los niños. A diferencia de los adultos, ellos necesitan un tiempo para adaptarse a las nuevas circunstancias. Y muchas de las cosas que esperamos que hagan rápidamente superan los límites de sus capacidades.
Durante esta etapa del año, los niños pueden acabar desarrollando malestar, desmotivación, estrés, o incluso problemas para conciliar el sueño. Young señala que no hay que olvidar que “los niños no son adultos en miniatura”. Por eso, la paciencia y la comprensión son clave. Hay que mostrarse accesible en todo momento y escuchar sus preguntas o solicitudes.
El temible madrugón
“Es un hecho real que en verano nos acostamos más tarde, porque en toda la historia de la humanidad el ser humano ha acoplado su ritmo biológico de vigilia y sueño a las estaciones”, señala EFEsalud el coordinador del Grupo del Sueño de la Asociación Española de Pediatría (AEP), Gonzalo Pin Arboledas.
Para evitar que los súbitos madrugones afecten al rendimiento y la salud mental de los niños, este especialista recomienda, durante las semanas previas a la vuelta al cole, adelantar “lenta y progresivamente” los horarios de los niños para ajustar el ritmo social a cómo será cuando vuelvan al cole.
Para la merienda, no todo vale
Con los cambios en las horas de acostarse y los madrugones, también llegan los cambios en los horarios de las comidas. Los niños pasarán a desayunar más temprano. Durante estas comidas, los peques tienden a comer más alimentos insanos, según explica la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) a EFEsalud. Sucede lo mismo con los almuerzos y las meriendas.
El almuerzo más saludable, según la AEPap
- La fruta, entera o en batido (sin azúcar), antes que en zumo.
- Leche o yogur solos, antes que las cajitas preparadas como los batidos, los petit o las natillas.
- Pan blanco o integral, en lugar del pan de molde.
- Los bocadillos, de atún en conserva, quesos poco curados o algún derivado cárnico poco graso como el jamón o el pavo, con aceite, tomate o lechuga.
- Los cereales que sean sin azúcar.
- Los frutos secos, sin tostar y sin sal.
- Y lo más importante, el agua.
La clave es la organización (y la participación)
Es probable que en los próximos días el estrés inunde las mentes de los padres (y el nerviosismo las de los niños). El tiempo corre y, sobre todo para los que trabajan de sol a sol, conseguir todo el material y los libros que necesitan tus hijos para seguir el ritmo escolar se convierte en un desafío.
Para poner la mochila a punto para el cole, es aconsejable que tu hijo o hija se sienta partícipe de todo el proceso. Con la lista en la mano, haz que te acompañe a comprar la mochila y el estuche y ayúdale a repasar todos los elementos de la lista hasta completarla. Y cuando lleguéis a clase, él o ella debe encargarse de colocar todo en la mochila. Las necesidades de organización no se limitan a la puesta a punto del material escolar, sino que van más allá.
Coordinar los horarios de todos los miembros de la familia puede ser todo un reto. Por eso, se recomienda rellenar un calendario grande que refleje los horarios de todos los miembros de la familia —y especialmente— los de los más pequeños. Así, será más fácil que todos asimilen sus nuevas rutinas y sabrán cuándo planificar sus propias actividades.
Y de cara a los días posteriores a la vuelta al cole, se puede reflejar en el pliego un momento del día, acordado con los niños, para que lo dediquen a hacer los deberes. De esta forma, aprenderán a construir el hábito poco a poco.