Las infusiones están creciendo en popularidad debido a sus múltiples beneficios para la salud, y en este panorama, el té se destaca como una de las bebidas naturales más beneficiosas. Su capacidad para combatir enfermedades y estimular el sistema inmunológico lo hace una elección excelente para quienes buscan una bebida saludable.
Lo que realmente hace que el té sea excepcional en el mundo de las infusiones es su alto contenido de antioxidantes, particularmente las catequinas. Estos antioxidantes son eficaces en la lucha contra los radicales libres, que son moléculas dañinas que pueden causar estrés oxidativo en el cuerpo, un factor contribuyente en el desarrollo de muchas enfermedades crónicas y el envejecimiento.
Aunque hay otras plantas digestivas como la manzanilla o la menta que son conocidas por sus propiedades calmantes y digestivas, el té, especialmente el té verde y el té blanco, se destaca por su riqueza en antioxidantes. Esta característica lo convierte en una excelente alternativa al café y otras bebidas, especialmente recomendado para después de comidas copiosas o para ayudar a gestionar los excesos.
Propiedades y beneficios del té verde
El té verde es una de las mejores infusiones que puedes incluir en tu dieta regular, lo cual consigue gracias a que es una rica fuente de antioxidantes, principalmente de catequinas, las cuales ayudan a la hora de hacer frente a los radicales libres en el cuerpo. Gracias a estos compuestos se consigue una mayor protección de las células, una reducción del estrés oxidativo y reduce el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y el cáncer, entre otras.
Sin embargo, una de las razones más habituales de su consumo tiene que ver por estar más que demostrado que es un aliado perfecto para mejorar la digestión y aliviar las molestias estomacales. Esto se debe a que este elixir posee sustancias beneficiosas que actúan de forma positiva en el sistema digestivo, como las mencionadas catequinas, que también contribuyen a combatir la inflamación y proteger la mucosa del estómago. Entre ellas hay que hacer mención especial a la epigalocatequina galato (EGCG), que posee efectos positivos para reducir la acidez gástrica, por lo que aporta alivio para quienes están sufriendo de una digestión pesada.
[El 'elixir azul': esta es la infusión natural que reduce el colesterol y ayuda a eliminar barriga]
Asimismo, diferentes estudios han podido confirmar que un consumo regular de té verde ayuda a reducir los niveles de colesterol malo (LDL) y de triglicéridos, además de favorecer una buena salud de los vasos sanguíneos y reducir el riesgo de sufrir afecciones cardiovasculares.
Por si esto fuese poco, el té verde es un gran aliado para acelerar el metabolismo y perder peso gracias a su capacidad para quemar grasas. Con la combinación de la cafeína junto a las catequinas se logra un incremento de la termogénesis y la oxidación de las grasas, favoreciendo así el proceso de adelgazamiento.
Por último, hay que hacer mención a la teanina, un componente del té verde que otorga a la bebida propiedades relajantes, con lo que ayuda a combatir el estrés y la tensión, calmando el sistema nervioso.
Diferencias entre cada tipo de té
Aunque en este caso hemos alabado las propiedades del té verde, es recomendable que conozcas el resto de variedades de té, para que así puedas optar por el consumo de uno u otro en función de tus objetivos y preferencias:
- Té rojo: el té rojo es un tipo de té que sufre un proceso de fermentación de varios años, que habitualmente comprende de dos a tres, si bien hay casos especialmente excepcionales en los que puede llegar a alcanzar los 60. Al igual que sucede con el vino, cuánto mayor tiempo de fermentación tenga, habrá una mejor calidad del producto. La principal propiedad de esta variedad de té es que tiene un efecto saciante y que contribuye a la pérdida de peso, pero también tiene beneficios sobre la digestión, para reducir el colesterol en sangre y a la depuración del organismo.
- Té blanco: esta variedad posee una mayor cantidad de propiedades antioxidantes por su elevado contenido en polifenoles, y aunque es el más costoso de producir, su proceso no es el que más tiempo lleva, además de que tiene la mitad de cafeína que el té verde. El té blanco es ideal para combatir la fatiga física y mental, así como a reducir el nivel de colesterol en sangre, eliminar grasas y al aumento de las defensas del organismo.
- Té negro: a diferencia de otras variedades, el té negro pasa por un proceso de oxidación y es obtenido a partir de las hojas de la Camellia Assamica, conteniendo en su caso una mayor cantidad de cafeína que otros tés con menor nivel de oxidación, lo que a su vez le otorga un aroma más intenso. Su principal beneficio para la salud es que ayuda a reforzar el sistema inmunitario, lo que al mismo tiempo supone una mejora del sistema cardiovascular.
- Té amarillo: aunque es una de las variedades menos conocidas, el té amarillo es consumido desde hace miles de años en China, y en los últimos años se ha popularizado en Occidente. Aunque tiene muchas similitudes con el té verde y el té blanco, posee sus propias características. Se obtiene mediante un lento proceso de oxidación, y resulta adecuado para proteger el sistema cardiovascular, favorecer la digestión y para adelgazar, además de contar con propiedades anticancerígenas, entre otras ventajas.