"Nadie nos habla de sexo, y lo poco que nos cuentan suele quedarse en infecciones de transmisión sexual, embarazos y preservativos, porque hablar a la juventud del sexo como algo placentero da mucho miedo", así comienza el último libro de la escritora Sonia Encinas, Sexo Afectivo (Montena, 2023).
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"¿En serio nadie se ha atrevido a hablar a la juventud del placer del sexo?" Se pregunta la autora y añade que: "hoy tengo la suerte de escribir el libro que a mí me habría flipado leer. Y, además, lo hago desde la certeza de que nunca dejamos de aprender. Tampoco en lo sexual", confirma.
Encinas asegura que el sexo sigue siendo un tema tabú y se utiliza para expresar distintas cosas, entre ellas marca los caracteres sexuales primarios con los que nacemos, considerados femeninos, masculinos e intersexuales. Estos últimos son todas aquellas personas cuyos genitales no pueden etiquetarse con claridad como femeninos o masculinos. Se estima que incluye al 2% de la población, más o menos como el número de personas pelirrojas.
"Lo importante es luchar para que ninguna persona sea nunca rechazada o sufra ningún tipo de discriminación por ser quien es", asegura Encinas.
Niño o niña
En cuanto al género, la autora afirma que es una construcción social aprendida dentro de la cultura en la que nacemos. "Según tengamos vulva o pene, se nos asigna un sexo al nacer: niña o niño. Y a partir de ahí, nos educan y socializan según unos roles y estereotipos asociados a las categorías chico o chica".
Es lo que se conoce como binarismo, el modelo que establece dos únicos géneros, el masculino y el femenino, y los atribuye a dos únicos sexos posibles: el sexo femenino unido al género mujer, y el masculino, al género hombre. "Este modelo excluye a las personas con identidades o expresiones de género diversas y a las personas con cuerpos no normativos", afirma la escritora.
La asignación de un género marca, hoy por hoy, nuestra experiencia de vida. Así que se pregunta la autora: "¿Qué pasa si, por ejemplo, una niña se comporta de un modo más parecido al que se espera de un niño? O al revés. Ocurre que hay quien no se identifica con lo que la sociedad espera", confirma.
Identidad de género
La identidad de género es el modo en el que sentimos y expresamos nuestro género, de acuerdo con esas normas sociales impuestas. Estas son las identidades de género que la autora fue descubriendo y que nos define en su texto: Transexualidad, transgénero, género no binario, género fluido, cis género, andrógina, queer, etc. "Lo importante es aprender a cuidarnos, escucharnos y respetarnos…", confirma.
Todos los cuerpos son válidos
Igual que nos acercamos a la naturaleza con la idea de la diversidad en la flora, ¿por qué no hacemos lo mismo con los cuerpos de las personas? Nos han contado que solo existen dos moldes: el de las chicas y el de los chicos, y todos tenemos que encajar allí.
"Nuestros cuerpos están sometidos a juicios constantes, nos comparamos sin parar con los cuerpos perfectos de revista, avergonzándonos y exigiéndonos cambiar los nuestros. Y con ese miedo a la desnudez es imposible disfrutar del sexo, porque estamos más conectadas con el juicio que con el placer", asegura Sonia Encinas en su libro.
Orientaciones sexuales
En el texto, se hace referencia a todas las orientaciones sexuales, todas igual de válidas: Heterosexual, homosexual, bisexual, pansexual, demisexual, asexual, queer…
"Todas las cosas que podemos hacer desde que nacemos se van restringiendo a medida que crecemos, con el fin de socializar y encajar. Llegamos a la edad adulta cargando con una mochila enorme de creencias limitantes y dificultades sexuales distintas que responden, en la mayoría de los casos a un aprendizaje erróneo de lo que es el sexo", dice la autora.
Para construir una sexualidad es mejor que recuperemos la ilusión, la curiosidad y el juego. "Y para poder vivirlo de manera compartida, reflexionemos sobre el respeto, el consentimiento, la escucha y la comunincación", dice Encinas.
El sexo es un placer más de la vida, como puede ser tumbarse un ratito al sol, comer tu plato favorito, dormir tapada bajo el edredón, o recibir un abrazo.
No hay edad
En referencia a la edad, el libro afirma que "somos seres sexuales desde que nacemos hasta que morimos. La sexualidad está presente en todas las etapas de la vida, aunque la vivamos de maneras muy distintas. Es dinámica y está en constante transformación".
El texto contiene capítulos dedicados al patriarcado, al coitocentrismo, al mito de la virginidad, al consentimiento, al acoso y al abuso y a los métodos anticonceptivos. En definitiva, una guía de educación sexual inclusiva y en positivo.