Es normal que el día de tu boda quieras que salga todo perfecto y pongas especial atención en detalles como las flores, la decoración o el menú. Sin embargo, a veces ese perfeccionismo puede llevarte a omitir lo más importante.
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En un día tan especial es esencial tenerlo todo atado, desde las tareas previas a la boda, como enviar las invitaciones o planear el menú, como las que se llevan a cabo durante el evento.
Planear una boda nunca es tarea fácil, así que es importante tachar de la lista los aspectos de mayor peso, para que luego, entre tanto detalle, no nos olvidemos de ellos. Desde magasIN te informamos de todo lo que debes tener en cuenta para que tu día especial no acabe en desastre.
1. Los trámites legales
La boda implica trámites legales que debe conocerse previos al evento. Además de hablar de algunos asuntos como tu pareja, como el reparto de bienes, también hay que tener en cuenta las circunstancias de cada uno.
Si, por ejemplo, alguno de los miembros de la pareja es de un país extranjero o se quiere celebrar la boda en un país distinto, se deben gestionar varios trámites como los visados y tener toda la documentación en regla. No queremos que nadie se pierda la boda porque tiene caducado el pasaporte.
2. El presupuesto
La boda es un día especial y es normal querer celebrarlo por todo lo alto, sin embargo, se debe tener en mente el presupuesto en todo momento a la hora de tomar decisiones. Es probable que se tenga que renunciar a varias cosas a lo largo de todo el proceso, pero recuerda que lo importante en tu día no es lo material.
También tenéis que tener en cuenta si vuestras familias van a asumir parte del presupuesto de la boda o si vais a contar con una ayuda de algún tipo, para poder planear de manera precisa cuánto y cómo os vais a gastar el dinero.
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3. Las invitaciones
Las invitaciones son la manera en la que los novios informan a sus invitados del gran evento y, como todo, requieren planificación. Dependiendo de en qué época del año se celebre la boda las invitaciones se deben mandar con más o menos antelación.
Si decides hacerla en invierno, bastará con enviar las invitaciones dos o tres meses antes de la boda, aunque si es en verano debes hacerlo antes, ya que coincide con la época de vacaciones en la que seguro que tus invitados tendrán sus propios planes. Si quieres que nadie falte, la prudencia es tu mejor aliada.
A este consejo se le suma calcular bien el número de invitados; no quieres dejar a nadie sin invitación o, peor aún, sin menú.
4. Ayuda profesional
Precisamente porque el día de la boda es irrepetible, contar con ayuda de profesionales es la mejor opción. Es mejor tener a alguien para que, ante cualquier imprevisto, aporte soluciones rápidas. Los expertos en organización de bodas existen por algo, no dudes en contar con ellos.
5. Tu agenda, tu mejor amiga
Si algo va a estar debajo del brazo durante todo el proceso de planificación de tu boda, esa será tu agenda. En ella incluirás cada detalle, desde las alergias de los invitados hasta la fuente en la que están escritas las invitaciones. Es un elemento esencial para tenerlo todo a mano cada vez que lo necesites.
El propio día de la boda también debe estar organizado 'de pe a pa': la sesión de maquillaje y peluquería, la hora y duración de la ceremonia, la hora y los platos del catering... Y recuerda siempre contar con un plan B en el caso de que algo salga mal.