Con la llegada del buen tiempo, muchos son los que deciden cambiar la ruidosa ciudad por la tranquilidad del campo, sobre todo, durante los fines de semana.
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El silbido del viento atravesando las hojas de los árboles, el canto de los pájaros, el rumor del agua de ríos y arroyos, la lluvia o incluso el canto del gallo. Los sonidos de la naturaleza generan reacciones muy poderosas en los seres humanos.
Un paseo por el bosque o un prado verde puede ser estimulante y relajante, y ofrecer a la mente una oportunidad única para distraerse del estrés cotidiano.
Ahora, un estudio realizado en Estados Unidos por investigadores de ese país, Canadá y Nueva Zelanda ha identificado los importantes beneficios de los sonidos de la naturaleza para la salud y el bienestar.
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El estudio publicado bajo el título Una síntesis de los beneficios para la salud de los sonidos naturales y su distribución en los parques nacionales, encabezado por la bióloga canadiense Rachel Buxton, asegura que “la exposición a los sonidos de la naturaleza, mejora los resultados de la salud mental y el estrés, el rendimiento cognitivo, los partos, las tasas de mortalidad y la tasa de importantes enfermedades”.
El análisis diferencia, por un lado, los paisajes sonoros, que son los sonidos percibidos en un entorno (por ejemplo, el canto de los pájaros), y por otro, los sonidos geofísicos (por ejemplo, la lluvia y el viento) y también los sonidos antropogénicos (como el tráfico aéreo y el ruido de las carreteras).
Los estudiosos aseguran que los paisajes sonoros están amenazados debido a la pérdida de organismos productores de los sonidos, como los pájaros, cuya población ha caído drásticamente en los últimos años en todo el mundo.
También debid a la intrusión del ruido provocado por los humanos. Es decir, que la contaminación acústica provoca “cambios en el comportamiento, la fisiología y la aptitud de la vida silvestre”.
Esta contaminación acústica, aseguran los expertos, contribuye a generar múltiples problemas de salud entre la población, que incluye desde la pérdida de audición, hasta efectos fisiológicos no auditivos como una mayor incidencia en la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares, así como altos niveles de estrés y ansiedad.
Los resultados del estudio indican que los sonidos de la naturaleza mejoran la salud, aumentan las emociones positivas y reducen el estrés y el malestar general.
Tres tipos de sonidos en la naturaleza
En la naturaleza encontramos tres tipos de sonidos naturales: pájaros, agua y mixtos. El estudio concluye que los sonidos del agua son los más beneficiosos para la salud y las emociones positivas, mientras que el sonido de los pájaros tiene mejores efectos para aliviar el estrés y el malestar.
También ponen en valor el silencio, ya que la ausencia de sonido es muy beneficiosa para reducir el estrés y el malestar de las personas.
Escuchar para beneficiar
¿Por qué los sonidos naturales tienen estos efectos positivos en la salud humana? Los investigadores aseguran que proporcionan “indicaciones de seguridad” y connotan “un mundo ordenado sin peligro”, lo que permite “el control de los estados mentales”.
La ausencia de estos indicadores de seguridad naturales puede provocar en el ser humano estados de “vigilancia” y de “alerta” relacionados con la ansiedad.
Las conclusiones del estudio confirman que, en los ámbitos urbanos, los sonidos del agua pueden enmascarar el ruido y aumentar las percepciones positivas, y el canto de los pájaros puede mejorar el estado de ánimo y generar placer.
Hoy en día, ya existen programas innovadores para fomentar que las personas aprecien los entornos acústicos, desde excursiones, donde el objetivo principal es escuchar, hasta paseos por zonas tranquilas donde se pide a los visitantes que aprecien el silencio.
En este sentido, Buxton sugiere que las personas cierren los ojos y sean conscientes de los sonidos que escuchan cuando visitan su parque favorito. “Estos sonidos son hermosos y buenos para nuestra salud, y merecen nuestra protección”, concluye.