7 mitos sobre la ansiedad que no deberías creerte para alcanzar un mejor bienestar mental
- La ansiedad figura como el problema de salud mental más frecuente en España afectando a más de un 6% de la población, pero en torno a él existen numerosos mitos. Te los desvelamos.
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Con la ansiedad nos encontramos con el problema de salud mental más frecuente en España, según las últimas estadísticas de atención primaria recogidas por el Ministerio de Sanidad. Un problema que además afecta doblemente a las mujeres con un 8,8%, frente a un 4,5% de hombres. Uno de los motivos de consulta más frecuentes en las clínicas de psicología, pero que no deja de ser un mecanismo bastante habitual a través del que nos enfrentamos a peligros, amenazas y desafíos tanto reales como ficticios.
Un sentimiento de tensión que nos ayuda a adoptar medidas para solucionar determinadas situaciones, pero cuando estas exceden la capacidad de reacción y nos sobrepasan en intensidad, pueden llegar a convertirse en un problema cada vez más difícil de afrontar. Te contamos todo sobre esas claves que pueden ayudarte a afrontarla y desmitificamos algunas de las falsas creencias que hay en torno a ella.
Cuál es la clave para dejar atrás la ansiedad
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La clave real para enfrentar la ansiedad es una combinación de enfoques que pueden variar según la persona y la situación. Es necesario encontrar una combinación de estrategias que funcionen mejor para tu caso en particular y no dudar nunca en buscar la ayuda adecuada cuando sea necesario.
Es necesario tener claro que no existe una solución única para todos, y el enfoque puede variar según la gravedad de la ansiedad y las circunstancias personales. Es importante ser paciente contigo mismo y buscar apoyo profesional si la ansiedad interfiere significativamente en tu vida.
Algunos de los elementos clave incluyen:
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- Autoconciencia: Reconocer y comprender tus propios síntomas y desencadenantes de ansiedad es fundamental. Comprender cómo se manifiesta la ansiedad en tu cuerpo y mente te permite abordarla de manera más efectiva.
- Técnicas de relajación: Aprender técnicas de relajación como la respiración profunda, la meditación o el yoga puede ayudarte a reducir la ansiedad en momentos de estrés.
- Terapia: La terapia con un profesional de la salud mental, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), puede proporcionarte herramientas y estrategias específicas para manejar la ansiedad.
- Ejercicio: La actividad física regular puede ayudar a reducir la ansiedad al liberar endorfinas y reducir el estrés.
- Alimentación y sueño: Mantener una dieta equilibrada y asegurarte de tener un buen descanso puede influir positivamente en tu estado de ánimo y reducir la ansiedad.
- Apoyo social: Compartir tus sentimientos y preocupaciones con amigos y seres queridos puede aliviar la carga emocional y proporcionarte un sistema de apoyo.
- Gestión del estrés: Desarrollar habilidades para manejar el estrés en la vida cotidiana es esencial para prevenir y abordar la ansiedad.
- Afrontamiento positivo: Cambiar patrones de pensamiento negativos y adoptar una mentalidad más positiva puede reducir la ansiedad.
7 mitos sobre la ansiedad que no deberías creerte
La realidad sobre la ansiedad es que esta no deja de ser una emoción totalmente común que puede surgir por una amplia gama de razones, que no necesariamente son extremas o únicas. Sobre ella hemos agrupado una serie de mitos bastante extendidos que deberías dejar a un lado para poder disfrutar del bienestar mental y alejarte de una vez por todas de la ansiedad.
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1. Si mis padres han tenido trastornos de ansiedad yo también los tendré
La realidad sobre esto es que si tus padres han experimentado trastornos de ansiedad, no necesariamente heredarás esos mismos trastornos. Este mito común sugiere que todos nuestros problemas y trastornos están predeterminados por la genética, pero esto no es del todo cierto.
En lugar de una determinación absoluta, sí que existe un aumento en el riesgo, pero esta no deja de ser una probabilidad pequeña. Sin embargo, siempre existe la opción de tomar medidas preventivas para reducir ese riesgo.
2. Soy una persona propensa a la ansiedad y no puedo huir de ella
Para muchas personas que sufren ansiedad o que son propensas a ella, a veces pueden llegar a sentir que es una parte inherente de quién son, algo que no pueden modificar.
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Lo cierto, es que este es otro mito común que muchas personas comparten y que esa creencia de que la ansiedad es una característica permanente de su personalidad no es cierta. Estas personas suelen ver la ansiedad como una emoción arraigada en su identidad.
Sin embargo, es crucial cambiar esta perspectiva y adoptar una visión más realista, lógica y optimista de la ansiedad y otros trastornos similares. Todos tenemos la capacidad de incorporar nuevos patrones de pensamiento, gestionar nuestras emociones de manera más efectiva, modificar comportamientos y hábitos, e incluso reconfigurar nuestro cerebro para promover la calma y mejorar nuestra concentración.
3. Tener ansiedad es algo negativo
Si hablar sobre tu ansiedad con otras personas te incomoda o avergüenza porque tienes una asociación negativa hacia ella, puede que tiendas a esconderla. Pero la realidad es que la ansiedad no tiene necesariamente por qué ser una parte oscura de nosotros mismos y tampoco podemos pretender que todo esté permanentemente bien cuando en realidad estamos sintiendo una agitación extrema.
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Lo que hacemos al mantener en secreto nuestros desafíos emocionales, es eliminar su normalidad y percibirla como algo negativo. Esto es algo que también puede impedirnos comprenderla y que a la larga dificulta su tratamiento.
4. La ansiedad tiene que ver con un desequilibrio químico
Algunos profesionales de la salud todavía creen que la ansiedad se debe exclusivamente a un desequilibrio químico en el cerebro. Sin embargo, esta perspectiva es parcial y no puede considerarse como la única verdad, ya que está evidenciado que proporcionar a un paciente un tratamiento farmacológico para regular la producción de serotonina puede brindar alivio, pero por sí solo no garantiza una recuperación completa y sostenible. De hecho, en muchos casos, los síntomas solo disminuyen mientras se toma la medicación.
Esto demuestra que la idea de que la ansiedad se puede resolver sólo con químicos no siempre es acertada. Por todo ello, son necesarias estrategias adicionales que complementen su tratamiento.
5. La ansiedad se manifiesta igual en todas las personas
La ansiedad no se manifiesta de la misma manera en todas las personas debido a la diversidad de síntomas que pueden incluir desde síntomas físicos hasta emocionales y cognitivos. Esto se debe a factores subyacentes variados, como predisposición genética, experiencias de vida y estrés actual, así como diferencias en el umbral de tolerancia individual y las estrategias de afrontamiento.
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Además, las normas culturales y sociales también pueden influir en cómo se experimenta y se manifiesta la ansiedad, haciendo que sea una experiencia altamente personal y única para cada individuo.
6. El origen de la ansiedad siempre se encuentra en algún suceso traumático
La realidad sobre esta falsa creencia de que la ansiedad se origina siempre en algún suceso traumático, es que realmente esta puede originarse por diversas razones, y no siempre está relacionada con eventos traumáticos. Factores como la estructura de la personalidad o la forma en la que piensas sobre quién eres y la realidad que te rodea, el estrés crónico, influencias ambientales y sociales pueden contribuir al desarrollo de la ansiedad.
Si bien un trauma puede ser un desencadenante, no es el único ni el predominante, lo que significa que la ansiedad puede manifestarse en individuos sin un evento traumático en su historia. Esto subraya la complejidad de la ansiedad y cómo múltiples factores pueden influir en su origen.
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7. Para quitar la ansiedad solo hay que alejarse de lo que te causa la ansiedad
Uno de los conceptos erróneos comunes sobre la ansiedad es la idea de que la forma de superarla es simplemente evitar las situaciones o desencadenantes que la provocan. Si esto fuera cierto, muchas personas se verían obligadas a quedarse en sus hogares, y en lugar de mejorar, podrían experimentar un empeoramiento de sus síntomas.
Si bien es cierto que puede ser útil alejarse de las fuentes de ansiedad si aún no se tienen las habilidades o el apoyo necesario para enfrentarlas, esto no significa que sea la solución definitiva o adecuada.
La ansiedad a menudo requiere un enfoque más completo y la ayuda de profesionales para aprender a manejarla de manera efectiva. Evitar constantemente las situaciones que provocan ansiedad puede limitar la vida de una persona y no aborda la raíz del problema.