Fue el propio Pedro Sánchez quien definió el Wake up, Spain! como “una llamada a la acción”. A lo largo de su segunda edición, durante una semana, distintas autoridades políticas, empresariales y sociales fueron poniendo sobre la mesa posibles soluciones a las crisis de la pandemia y de la guerra en Ucrania.
El presidente del Gobierno, encargado de inaugurar el foro, pidió a los presentes “sentido de Estado y compromiso por su país”. Dos condiciones que él mismo se comprometió a encarnar mientras esté al frente de la Moncloa.
El coronavirus y la guerra de Putin nos han colocado ante un espejo doloroso: la Europa del siglo XXI “no es inmune ni a las pandemias ni a los conflictos bélicos”. En ese contexto, Sánchez apremió al ecosistema político, empresarial y social a trabajar de cara a ganar “autonomía estratégica”. En el plano energético, pero también en el tecnológico.
No en vano, Sánchez eligió Wake up, Spain! como lugar para anunciar un nuevo PERTE de microchips y semiconductores dotado con 11.000 millones de euros. “Los semiconductores son un elemento básico de todos los sectores estratégicos y adquiere una importancia geoestratégica mundial en un contexto de transformación digital de nuestra economía”, justificó el líder socialista.
“Queremos situar a nuestro país a la vanguardia del progreso industrial. Con este nuevo PERTE, avanzamos para traer a nuestro país importantes inversiones y empresas”, apostilló a continuación.
Esa fue la filosofía del discurso de Pedro Sánchez, la búsqueda de una colaboración público-privada en los distintos sectores para blindar a España frente a las dos crisis que atravesamos de manera simultánea.
Este “cambio tectónico en el orden internacional” exige la “unidad de todos nosotros” –lo dijo mirando a los empresarios y agentes sociales–. Yolanda Díaz, que clausuraría el foro al final de la misma semana, empleó una frase similar, y no dejó de llamar al “acompañamiento”.
Los pactos de Estado
El presidente del Gobierno reconoció el peligro de la inflación reinante, que va “mermando” el poder adquisitivo de los españoles. En ese instante, adquirió un compromiso: “España siempre responde. Volveremos a salir adelante con unidad, justicia y determinación”.
Sánchez celebró la “excepcionalidad” energética conseguida en Europa para España y Portugal. Llamó a continuar en la “descarbonización de las energías” para que la Unión no dependa del combustible ruso y sacó lustre a la capacidad española en materia de renovables.
En clave política, se dirigió entre líneas al nuevo líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, al que invitó a “orillar las rencillas”. Los ministros que siguieron a Sánchez en el atril también hablaron en esa dinámica.
Tanto en los corrillos como en las intervenciones, los ponentes de Wake up, Spain! utilizaron un tono de pacto. Los “acuerdos de Estado” fueron mencionados con fruición entre el lunes y el viernes en el anfiteatro de la Casa de América, situada en la Plaza de Cibeles. Se trató de la segunda edición de este foro, que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, calificó, al terminar su discurso, como un “hito político, económico y social”.