La fiebre por las letras del Tesoro puede atenuarse si se conocen a fondo las posibilidades de los seguros de ahorro, capaces de igualar su rentabilidad e incluso agregar un plus de protección. Así lo cree el presidente de Mapfre, Antonio Huertas, que ha considerado que este producto afronta un buen momento.
"Un depósito o una letra del Tesoro implica una buena rentabilidad en estos tiempos, pero insuficiente teniendo en cuenta la protección. La compañía de seguros vende protección", ha subrayado durante su participación en la cuarta jornada del III Wake Up, Spain!, organizado por EL ESPAÑOL, Invertia y D+I en colaboración con EY, Oesía, Microsoft y EMT de Madrid.
Es un hueco de oportunidad que pueden aprovechar las aseguradoras, con productos que colindan en muchas ocasiones con los que ofertan los bancos. En el caso de los seguros de ahorro, a la rentabilidad se suman protecciones adicionales "que no influyen de manera importante en el precio".
Precios que lo referido a las primas tendrán que "acompañar el nivel de precios adecuado", teniendo en cuenta la inflación, aunque no subir a su mismo nivel, ha puntualizado, sino con "ajustes personalizados". "El seguro está siendo castigado en este momento porque hay oferta que necesita de costes estructurales, y ese incremento se produce por la inflación", ha argumentado.
También porque desde que amainó la pandemia ha regresado una siniestralidad que "no estaba contemplada en las tarifas". "Ahora cuesta recuperar esos precios", ha admitido.
Huertas se ha referido además a las turbulencias registradas en el sector financiero en las últimas semanas relacionadas con la subida de los tipos de interés. No cree que haya sido una "sorpresa" para los bancos centrales, y que de hecho situaciones límite como la de Credit Suisse, comprada apresuradamente por UBS, "venían de situaciones heredadas".
Nada que ver con el sector bancario español. "La banca española está preparada, es fuerte y sólida", ha sostenido. En su opinión, los bancos centrales continuarán con su política hasta encontrar un equilibrio adecuado entre oferta y demanda, aunque conviene no relajarse y tomar decisiones "muy meditadas" para evitar el colapso.