Una mujer preocupada por lo deprisa que pasa el tiempo.

Una mujer preocupada por lo deprisa que pasa el tiempo. istock

Estilo de vida

¿Existe una brecha de género en la distribución del tiempo? Así es su uso en hombres y mujeres

Hablamos con dos expertas y analizamos los estudios del físico Stefan Klein para saber por qué las manecillas tampoco son igualitarias.

28 marzo, 2024 01:55

Aunque paradójicamente, hoy disponemos de más tiempo que nunca, nos asalta la angustiosa sensación de que no tenemos tanto.

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El físico alemán Stefan Klein explica en El tiempo que el rostro de la necesidad de tiempo es femenino. Indica que en Alemania, únicamente el 22% de las mujeres siente pocas veces o ninguna que vive ajetreada, mientras que entre los hombres, por lo menos un 27% disfruta de una vida tranquila.

"Cuando una consultoría especializada en estudios de mercado llevó a cabo un amplio estudio para buscar clientes que dispusieran de poco tiempo, el 58% de este grupo resultaron ser mujeres. A su vez, entre esas, un 60% tenía hijos, y un 83% trabajaba. Así pues la respuesta 'no tengo tiempo' se da con mayor frecuencia en la medida en la que más y más mujeres luchaban por encontrar un equilibrio entre los hijos y la carrera profesional", escribe. 

La brecha de género temporal

Pero, ¿por qué gestionan el tiempo de forma diferente hombres y mujeres? Responde Teresa Baró, empresaria, formadora, conferenciante y escritora. “Porque venimos de entornos, ocupaciones y formas de relación distintos. La mujer ha estado durante siglos en el ámbito doméstico, realizando un tipo de tareas que la mayoría de veces, no está remunerada, mientras que el hombre ha estado en el ámbito público, dedicándose a tareas 'productivas'".

Y añade: "Además, el tiempo de las mujeres no tiene el mismo valor, y estas no dominan su propio tiempo, porque siempre están al servicio de los demás: padres, parejas, hijos… Por ello, renuncian a su tiempo personal o al vinculado a su carrera profesional a favor del tiempo de la familia, la crianza, las tareas domésticas o simplemente, siendo la 'pareja de'. Este manejo del tiempo tiene que ver, lógicamente, con un rol de sumisión y con la imposibilidad de poner límites o de decir no”, asegura. 

“El problema es que este tipo de conducta sigue vigente, a pesar de que las mujeres tienen ahora una vida laboral fuera de casa. Muchas mujeres todavía están condicionadas por estas conductas tan arraigadas y a veces, inconscientes, y esto se refleja en un menor dominio de su tiempo laboral: aceptan de tareas que no les corresponden, toleran interrupciones, no dedican parte de su tiempo a su visibilidad y realizan tareas que no las ayudan a promocionar”, dice a Magas.

Coach especializada en productividad personal

Por su parte Patricia Benayas, coach especializada en Productividad Personal, considera esencial, al hablar de esta temática, saber si estamos hablando de la gestión del tiempo de un hombre o de una mujer, dado que la gestión temporal cambia completamente.

“Por mi experiencia con mis clientes, los hombres se preocupan de la gestión del tiempo en el ámbito laboral y quieren ser más productivos para trabajar mejor, mientras que las mujeres se quejan de falta de tiempo libre para ellas. Los hombres y las mujeres gestionan de manera diferente el tiempo porque tienen prioridades diferentes. Gestionar el tiempo es gestionar nuestra atención, gestionar nuestra energía y gestionar nuestras prioridades”, indica.

“En la mayor parte de los casos, la mujer asume las responsabilidades del hogar y deja menos tiempo para trabajar en la promoción laboral y en desconectar. El “cuidado de la familia” sigue siendo principalmente asumido por mujeres. Las mujeres continúan invirtiendo más tiempo que los hombres en el trabajo no remunerado”, explica. 

Estresores de género

Es importante hablar de 'estresores de género', que son los asuntos vinculados a estereotipos de género socialmente arraigados.

Al atribuirse a las mujeres responsabilidades familiares que en realidad, tendrían que estar repartidas de forma equitativa, hablamos de responsabilidades que restan a las mujeres un tiempo y una energía que podrían dedicar a otros asuntos.

“Lo que conocemos como la doble jornada laboral se da cuando la mujer, una vez que finaliza su jornada laboral, empieza otra con el trabajo no remunerado que debe llevar a cabo en el hogar, desembocando a menudo en un profundo malestar físico, psicológico y social conocido como el síndrome de estar quemada por el agotamiento que produce el exceso de carga de trabajo. Según los estudios, las mujeres dedican tres veces más tiempo que los hombres a las tareas domésticas. Por el contrario, los hombres dedican tres veces más tiempo a su ocupación laboral que las mujeres”, asegura Benayas.

“Planificar el día a día, coordinar quién hace cada tarea y tomar decisiones es el segundo trabajo de ellas. Y esto agota. Soportar la carga mental que supone estar pendiente de todas las tareas de la familia cansa mucho, sobre todo anímicamente, y genera estrés”, indica. De hecho, según un estudio sobre la brecha de género en el trabajo productivo y reproductivo puesto en marcha por el Observatorio Social La Caixa, (2023), las mujeres dedican 780 horas más al año a los cuidados que los hombres.

Trabajo, ocio y solidaridad

Teresa Baró explica que las mujeres de éxito tienen muy claros sus objetivos profesionales y priorizan la dedicación a lo que es realmente útil e importante.

“Saben poner límites a las intrusiones, organizan muy bien sus agendas y las respetan. Delegan las tareas de menos valor o que no son tan productivas. Se comunican con eficacia, lo que les hace evitar pérdidas de tiempo en confusiones, errores y conflictos. Establecen  con sus parejas la corresponsabilidad familiar".

Y añade: "Dedican tiempo a su formación y a todo lo que les pueda abrir puertas al éxito. El tiempo es un recurso limitado, escaso. En nuestra sociedad, es muy valioso, y si no lo gestionamos inteligentemente, partimos con desventaja”, asegura la autora del ensayo Imparables, donde recopila las mejores técnicas y consejos que ha ofrecido durante más de veinte años a miles de mujeres profesionales y directivas de todos los ámbitos.

El tiempo es el bien más preciado del mundo, y por ello resulta esencial lograr que la gestión del mismo alcance la igualdad, pues la brecha de género en este aspecto no sólo tiene consecuencias nocivas en aspectos económicos para la sociedad, sino también en la salud mental de las mujeres.

Por si fuera poco, como explica Darcy Lockmann en Toda la rabia. Madres, padres y el mito de la crianza paritaria, muchos problemas de pareja se solucionarían si se alcanzara la igualdad del reparto de tareas en el hogar.

Aunque tendemos a vincular el tiempo con la economía, no hemos de olvidarnos también del tiempo libre, esencial para cuidar la salud mental y para escapar del conocido burnout.

Como indica el estudio de ClosinGap Coste de oportunidad de la brecha de género en ocio, la brecha de género es la responsable de que las españolas disfruten de 11,1 millones de horas menos al día de ocio que los hombres.

El informe señala que las mujeres le dedican al día, de media, 1 hora y 37 minutos menos al ocio que los hombres.

Las mujeres que aseguran no disponer de tiempo libre es un 20% superior al de los hombres.

Para finalizar, un dato especialmente llamativo: existe una actividad de ocio a la que las mujeres, a causa de la cantidad de ellas que la ejercen, dedican una bolsa de horas superior que ellos. Aunque tienen menos tiempo de ocio, las mujeres dedican cerca de dos millones de horas más al día que los hombres al trabajo voluntario y a reuniones.