La línea de alta velocidad que une Madrid con Barcelona sufre tantos robos y ataques (605 denuncias en 2014) que durante ocho meses los trenes circulaban a mitad de velocidad en dos tramos del trazado catalán. El motivo era el robo constante del cable del Sistema de Detección de Caída de Objetos, el elemento de seguridad encargado de detectar si algún objeto extraño obstruye las vías.
Según han confirmado a EL ESPAÑOL fuentes de ADIF –el organismo encargado de la red ferroviaria- los trenes circularon a una velocidad anormal entre septiembre de 2014 y junio de este año, tanto a la salida de Barcelona como en el tramo que une Alcover (en Tarragona) con Les Borges Blanques (Lleida). En ambos casos, la red está preparada para que los trenes circulen a una velocidad de 300 kilómetros por hora. Sin embargo, a su paso por estos tramos, han circulado durante ocho meses con una restricción hasta los 160 kilómetros por hora, “que es la velocidad a la que el ojo humano es capaz de detectar a cierta distancia si hay algún objeto obstruyendo el trazado”, explican portavoces de ADIF. El pasado mes de junio y tras varias denuncias, la circulación volvió a la normalidad en ambas zonas.
Estragos terroristas
Ayer, la vicepresidenta del Gobierno anunció que la Audiencia Nacional investigará el corte en el cable de fibra óptica que dejó sin servicio a 40 trenes y 13.000 personas. Y lo hizo tras un análisis preliminar de la zona por parte de un equipo de la Policía Científica. El pasado jueves tras el corte del servicio, los representantes de ADIF presentaron una denuncia ante la Brigada Provincial de Información, dependiente de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña. Los técnicos de la Policía Judicial que se personaron sobre el terreno detectaron en su análisis preliminar el sabotaje de las vías. Y descartaron el robo como motivo del ataque, ya que el cable de fibra óptica no tiene valor en el mercado negro. Con esta información, la Audiencia Nacional ha abierto diligencias informativas, para investigar un posible delito de estragos terroristas.
No es la primera vez que la línea Madrid-Barcelona sufre ataques, robos y retrasos. En 2014, ADIF realizó 605 denuncias y otras 350 en lo que va de año en 1.500 kilómetros de vías. El 60% de las denuncias pertenecen a la línea convencional y el 40% restante, al trazado del AVE.
Posible “sabotaje”
En el sabotaje del pasado jueves, la investigación ha recaído en el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, Juan Pablo González, que se encuentra de guardia esta semana. El juez será competente para investigar el caso únicamente si aprecia indicios de delitos de terrorismo. De otra manera, el caso volverá a recaer en los juzgados catalanes.
A su salida del Consejo de Ministros, fue la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, la encargada de confirmar que la investigación recaería en la Audiencia Nacional. La líder popular habló del posible “sabotaje” y pidió la máxima colaboración para las administraciones implicadas. Sin embargo, el ataque a la línea férrea –cortada en dos puntos distintos- ha supuesto también una fractura en las instituciones.
Al tiempo que la vicepresidenta anunciaba la apertura de diligencias en la Audiencia Nacional, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña anunció que un juzgado de instrucción de Vilafranca abría también diligencias por el incidente. En este caso, son los Mossos d’Escuadra quienes presentaron de oficio una denuncia. El cuerpo policial catalán mostró el jueves su malestar por las críticas vertidas contra él tras el incidente y recordó, por boca del conseller de Interior de la Generalitat, Jordí Jané, que en este último año ha reducido un 35% el número de robos de cobre en la infraestructura ferroviaria.