No es la primera vez que lo hace, pero sí es cierto que cada vez va ganando más peso en su discurso. Bien sea por estrategia electoral o bien por enfatizar su discurso anticentralista, el secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, se ha vuelto a envolver este sábado en la bandera del nacionalismo moderado para tratar de erigir a su partido, el PSPV, en la "única opción trasversal" de representar a todo "el pueblo" y liderar "una vía" que vaya "más allá de los partidos y nuestras diferencias".

Y lo ha hecho con referencias directas al imaginario colectivo del nacionalismo valenciano, y más concretamente con la mitificación de su pasado a raíz del resultado de la batalla de Almansa, que se libró a principios del siglo XVIII en el marco de la Guerra de Sucesión española y que supuso la entrada de las tropas borbónicas en el Reino de Valencia y, posteriormente, la supresión de sus fueros. "Somos el autogobierno que nos robaron en la batalla de Almansa", ha dicho en referencia a lo que representa su partido para la autonomía.

No ha sido el único guiño a una forma de entender la valencianía. En otra parte de su discurso ha asegurado que "el mayor privilegio que tiene el presidente [de la Generalitat] es conocer mejor nuestro país y a nuestra gente". "Hace 800 años el pueblo valenciano se forjó así, cuando convivían diferentes religiones y la diversidad era uno de nuestros fuertes", ha agregado.

También ha explicado (reconociendo que le puede suponer ciertas mofas) que le gusta compararse con otro país, "Finlandia, porque tiene cinco millones de habitantes como nosotros, y el proyecto finlandés se basa en dos pilares: educación y feminismo". 

Tres carriles y una dirección

Puig ha hecho estas declaraciones en el marco del congreso que los socialistas valencianos celebran este fin de semana en Benidorm, donde el presidente de la Generalitat es el único candidato y saldrá elegido por aclamación.

En su informe de gestión, Puig ha indicado que, si en el congreso de 2012 el objetivo era recuperar la Generalitat y en 2017 ser el partido más votado, el camino a partir de ahora es "convertir este proyecto en el partido que represente a la mayoría de la Comunidad Valenciana".

Así, se refirió al concepto de "trasversalidad", porque "hay que superar las barreras partidarias". "Somos esa casa grande donde caben todos los valencianos, este es un proyecto que garantiza una Comunidad Valenciana para todos", ha añadido.

"Nuestro principio esencial es ser útil a la mayoría de la sociedad valenciana. Puede que algunos se conformen con representar a una parte, pero nuestra opción no es esa", ha manifestado refiriéndose a sus socios de izquierdas. "Es ensanchar un amplio espectro de clases medias y trabajadoras. Quien no aprecia esto es imposible que pueda gobernar bien la Comunidad".

Para ello habló de que el proyecto socialista "tiene que fundamentarse en tres carriles y una dirección: la creación de empleos, la igualdad de oportunidades y la sostenibilidad". "El objetivo es crecer, en prosperidad, seguridad, pero por encima de todo en empleo", ha dicho.

También ha alertado de que el PSPV es "la única opción" que puede hacer frente "al sectarismo y al auge de la ultraderecha, porque la derecha solo puede gobernar con la ultraderecha y frente a eso decimos no". 

Aprobación por unanimidad

Por su parte, los 471 delegados han aprobado de manera unánime este informe de gestión de los últimos cuatro años del partido.

Puig ha tomado la palabra después de escuchar a los secretarios generales de UGT y Comisiones Obreras, Ismael Sáez y Ana García, respectivamente, al presidente de la patronal CEV, Salvador Navarro, a la número dos federal del PSOE, Adriana Lastra, y a la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, quien ha asegurado que el jefe del Consell es uno de sus "padres" políticos. 

Asimismo, está previsto que este domingo Pedro Sánchez clausure el congreso y arrope a Ximo Puig tras revalidar la Secretaría General de los socialistas valencianos.