Alicante consiguió cerrar 2021 con más población que el año anterior, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE): de un total de 1.879.888 personas se pasó a 1.881.762, es decir, 1.874 habitantes más. No se trata de un dato excepcional: el crecimiento demográfico de la provincia ha sido constante, y durante la pandemia fue el segundo territorio de España que más ha crecido. Sin embargo, y comprobando la estadística de los últimos cinco años, hay un dato preocupante: cada vez hay menos niños de entre 0 y 10 años.
En concreto, y según la información del INE, la provincia ha perdido desde 2017 un total de 14.400 niños: 7.291 de entre 0 y 4 años (hasta los 73.834) y 7.109 de entre 5 y 9 (89.752). Ese descenso se compensa con los casi 15.000 nuevos censados de entre 10 y 20 años, pero demuestra una tendencia demográfica en otras franjas de población, los veinteañeros y treintañeros, que está afectando directamente a los nuevos nacimientos.
Según el INE, las personas de esas edades, que son las que habitualmente encuentran estabilidad laboral y personal para tener hijos, han ido descendiendo de manera constante en el último lustro. En el caso de los que van de 25 a 30 años, hay 2.042 menos (97.200 en total). El mayor hachazo, sin embargo, se concentra en los que va de 30 a 40: el INE registra una pérdida de 26.015 censados en cinco años, a pesar de ser una de las franjas de población con más gente (234.634).
El problema de la emancipación
El número cada vez más bajo de niños puede ser una derivada también de la situación que se está viviendo en la Comunidad Valenciana respecto a la emancipación de los jóvenes. Tal como publicó El Español, la región había pasado en 10 años de liderar los jóvenes independizados a ser una de las que tiene una tasa más baja del país.
Según el último informe elaborado por el Observatorio de Emancipación del Gobierno de España, a finales de 2020 "un 17,2 % de las personas jóvenes vivía fuera del hogar familiar mientras que tan solo seis meses después lo hacía el 13,7 %", lo que situó a la región en antepenúltimo lugar de la clasificación de las autonomía, solo por delante de Cantabria y Castilla-La Mancha.
El estudio refleja que, aunque en 2021 se produjo cierta reactivación de la economía, fue "menos notoria en la Comunidad Valenciana", donde hubo una reducción de la tasa de actividad (52,6 %) y de la de empleo (35,6 %) con respecto al semestre anterior.
Esto ha repercutido directamente en las posibilidades de lograr la independiencia económica, ya que la tasa de paro juvenil alcanzó a mitad de 2021 el 32,2 %, tres puntos más que a finales de 2020. Además, "el 43,1 % eran desempleadas de larga duración". Respecto a las condiciones laborales de la población joven, se registraban mayores niveles de parcialidad (31,6 %), subocupación (17,9 %) y temporalidad (60,3 %) que en el resto del país.