Esta semana el INE ha publicado sus últimas estimaciones sobre la natalidad, defunciones y saldo vegetativo del año 2023 arrojando cifras preocupantes. Por Comunidades autónomas y provincias, la Comunidad Valenciana no es una de las peor paradas del conjunto de España con 35.545 nacimientos en la región (de los cuales 13.365 corresponden a la provincia), que suponen un -0,17 % y un 1,08 % respectivamente respecto a 2022.

No obstante, si se toma como referencia un periodo más largo de 15 años, esta caída de la natalidad supone un -32 %, lo que certifica una tendencia alarmante. En el caso de la Comunidad Valenciana, esta caída se ha compensado con la migración, pero a la vista de los datos no es suficiente.

La profesora de UA Alba Navalón asegura que "todos los estudios coinciden en que la bajada de la natalidad responde esencialmente a la coyuntura económica, porque la gente que quiere ser padre o madre se retraen por trabajaos inestables y la situación económica, que no es buena, lo que complica su situación personal si tienen hijos".

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A esto se une, prosigue la experta en demografía, "una inexistencia real de conciliación familiar, que no es como nos la venden". Además de factores sociales como "el retraso de la maternidad de las mujeres hasta alcanzar la estabilidad laboral. Un retraso en la edad del primer hijo incide directamente en tener más", añade Navalón.

También, por el coste económico de las guarderías y otros aspectos culturales como la separación entre la sexualidad y la reproducción, que hace que muchos jóvenes no quieran ser padres o madres.

Las consecuencias ya se están viendo claras, explica la socióloga: "El problema de la bajada de la natalidad obliga a replanearnos nuestro sistema de Bienestar, porque la pirámide de población se invierte y en vez de ser más amplia en la base, cada vez es más amplia en la cúspide. Este desequilibrio obliga a reformar el sistema de pensiones y por eso vemos que cada vez sube más la edad de la jubilación".

Migración

Otras estadísticas, sin embargo, explican como el crecimiento vegetativo (diferencia entre nacimientos y defunciones) en la Comunitat todavía se mantiene por los migrantes. Se estima que 8 de cada 10 nuevos nacimientos que se producen la región lo hacen en familias de nuevos residentes extranjeros.

Para Navalón, no obstante, "la migración está ayudando ahora en el reemplazo generacional pero los últimos años estamos observando cómo la población migrante con el tiempo va a asumiendo los comportamientos de la población del país receptor y ya no tiene tantos hijos como tendrían en sus países de origen".

Para la experta hay que empezar a plantear cambios en la conciliación familiar si se quiere atajar el problema. Se trata de alargar los periodos de paternidad y maternidad o de lactancia como se está haciendo en otros países para incentivar la natalidad. Es decir, insistir en el sistema de Bienestar, en vez de reducirlo.