Baby Airlines, la 'cigüeña' gigante de San Vicente que volará en el Día de las Alas de Red Bull
Un equipo sanvicentero construye un ala delta de ocho metros con forma de pájaro que transporta bebés para coronarse el 1 de junio en València.
25 mayo, 2024 13:00Crear una cigüeña de ocho metros de longitud pilotada por un bebé a una altura de nueve metros no se hace todos los días. Cinco amigos de San Vicente del Raspeig (Alicante) han creado una 'aeronave' única para coronarse los campeones del Red Bull Día de las Alas que se celebra el próximo 1 de junio en València.
La prueba se define a sí misma como "el espectáculo aéreo más divertido del mundo", aunque es difícil asegurar la afirmación, el evento promete. Un total de 35 cacharros serán lanzados desde una plataforma a casi diez metros de altura en la Marina de València para ver qué invento es capaz de surcar el cielo y aterrizar lo más lejos posible.
Baby Airlines es el equipo sanvicentero de una prueba en la que habrá 13 conjuntos valencianos. En su sala de máquinas, un almacén propiedad del consistorio de la localidad, pintan, pegan y cortan, junto a figuras de ninots indultados en las Hogueras locales, para crear un pájaro de corcho y aluminio que les lleve hasta el primer puesto.
[De Jávea a Ibiza nadando: la "locura" contra frío y medusas conseguida por un belga de Alicante]
El equipo formado por Raúl Granados, Juan Robles, Daniel Torregrosa, Juan Carlos Valera y Pau Vañó muestra su creación a falta de una semana para ponerla a prueba. Han tenido dos meses para hacer un objeto volador con sus propias manos, pero aseguran que aún les falta montarlo, la parte más complicada.
Juan Robles es quien lidera el proyecto por haber estudiado Ingeniería Aeroespacial. Además, parte del equipo tiene experiencia en pruebas Red Bull, ya que hace un par de años compitieron en los Autos Locos de Madrid, donde condujeron y sortearon obstáculos a los mandos de un coche-ovni.
Este año pasan del suelo al cielo con una "cigüeña a modo de ala delta", y su objetivo no es ir solo para participar como hacen otros equipos que montan cualquier cacharro y lo tiran por el muelle. "Lo hemos construido para volar lo máximo, buscamos quedar entre los cinco primeros", señala Juan Robles.
Ver esta publicación en Instagram
La idea es "hacer una especie de ala delta con alas de ocho metros de longitud y disfrazarnos de bebés para representar el típico cuento del nacimiento de los niños", comenta. Robles actuará como el 'piloto' del invento, que estará apoyado sobre un carro hecho con madera que será empujado por los demás miembros del grupo para coger la máxima velocidad posible y planear una vez que se acabe la plataforma.
El ingeniero señala que será él quien irá colgado en el ala delta por ser el que menos pesa, ya que es un factor diferencial. "Hemos intentado poner los menos tornillos posibles, pesa unos 40 kilos, pero irá muy lento para realmente volar una persona", resalta mientras muestra las barras de aluminio con las que han creado el ala delta.
El récord se registró hace una década en casi 80 metros. De ese planeador han cogido la inspiración para su prueba, en la que les gustaría hacer más de 30 metros. "El primer mes de los dos que hemos tenido me lo tiré en el ordenador diseñándolo y en las simulaciones que hice salían más de 40 metros", indica el sanvicentero, aunque sus compañeros tiran más por lo bajo.
Creatividad y sostenibilidad
En este evento no gana quien más lejos llegue, sino el grupo que tenga más nota media entre los distintos aspectos que también se valoran, como son creatividad, puesta en escena y sostenibilidad. Los cacharros de sus competidores están inspirados en personajes de la cultura pop, la mitología clásica, o el cine y el anime, entre otros. También hay quien ha optado por tomar como referencia el lugar del espectáculo y relacionarlo con la gastronomía y cultura festiva valenciana.
Casi el 100 % de los materiales usados son reutilizados, por lo que se aseguran tener una buena puntuación en sostenibilidad. El carro que tendrán que empujar para dar fuerza al pájaro está hecho con madera reutilizada y monta ruedas de bicicletas desechadas en el Ecoparque de San Vicente.
Los jóvenes han dedicado tres horas todas las tardes durante dos semanas para avanzar en un proyecto que han tenido que pagar de su bolsillo y que, contando el viaje a València y el alquiler del vehículo donde transportarlo, rondará los 1.000 euros de presupuesto.
A pesar de todo el trabajo, Robles tiene "más ilusión que miedo" de ponerse a los mandos de Baby Airlines. "Para mí es especial porque he estudiado algo relacionado con esto y no mucha gente puede decir que haya volado en algo construido por ellos mismos", concluye.