"A economizar en todos los aspectos". Eso es lo que cuenta Asier Etxeandia que ha aprendido para retomar la actividad con su proyecto musical Mastodonte. Enrico Barbaro le acompaña en su vuelta a los escenarios de una idea que nació con el amor al exceso y que, al desnudarse, parece ganar enteros.
El cantante y actor así lo ve. Una pausa que le ha permitido "ir al epicentro de los porqués y lo que es posible para los festivales, lo que es necesario para la gente, lo que se pueden permitir los teatros, lo que queremos contar en el fondo".
De ahí ha aprendido que "lo importante es tocar y que nuestras canciones se escuchen y lleguemos a la más gente posible". Esa es la razón en la que se basaron para bautizar así su gira, Simplemente perfecto: "Por buscarnos la vida para llegar de la forma más sencilla".
Si bien se despojan de barroquismos, "no vamos a poder dejar de ser estetas aunque vayamos a un lugar más simple, con menos líneas o más rectas. Seguimos siendo fans del concepto, tanto en el disco como en el show. Eso va a seguir existiendo en Mastodonte. Y nos hace más ilusión que la gente no se distraiga con otra cosa que no sea la música".
Parar a pensar
Barbaro, el músico napolitano que acompañó a Etxeandia en su premiado montaje El intérprete, también opta por la reflexión en positivo sobre lo aprendido en este último año. "A mí me ha venido bien tanta pausa porque me cuesta pensar, estudiar más instrumentos...", reconoce.
Y, aunque esta no haya acabado aún, Barbaro tiene la sensación de que "es el momento perfecto para darle una vuelta y meditar sobre lo que hacemos". Eso, añade, implica "imaginar futuros posibles". Un concepto en el que tercia Etxeandia, "ha sido desesperante pero luego, pasado el tiempo, tiene que ver con retroavanzar. Parar, ir hacia atrás para coger carrerilla y hacerlo mejor aún".
Vivir el cambio
A Mastodonte esta parada les pilló el marzo de 2020 en un momento dulce. Tenían los sábados ocupados con sesiones especiales en un teatro de Madrid que estuvieron ampliando por la buena acogida del público. Ahora, con actuaciones como la de este sábado en Muelle12 Grupo Antón de Alicante, creen que es momento de pasar página.
"Ha llegado el momento para todos de dejar de llorar la catástrofe que ha sido este año", recomienda Barbaro, "porque si piensas lo que podrías haber hecho y no, es para tirarse por la ventana. Tenemos que empezar a pensar en el nuevo mundo al que nos enfrentamos ahora. Y tenemos unas ganas que no puedo describírtelo".
Esa es la razón por la que confían en "un resurgir también por parte del público. La gente tiene ganas de salir de casa y volver a ser ella misma. Estamos tan acojonados, tan cansados, tan arruinados todos...". Y ahí Barbaro ríe para romper la dureza del momento. "La cultura, la música, puede ayudar a salir de este bache", añade.
Más creativo
El tono de la conversación se pone serio y Etxeandia toma el turno de palabra. "La vida rima y todo es por algo, incluso cuando vienen desgracias. No voy a hablar de la sociedad porque está muy enferma. Si tenemos que hablar de Mastodonte, creo que este cambio será bueno para nosotros porque nos coloca en un lugar mucho más creativo".
En ese punto se han marcado "un objetivo muy diferente". ¿Por qué? "Había mucho ruido antes", considera. Por todo ello dice que se encuentra con "muchísimas ganas de componer el siguiente disco con Enrico, de hacer esta gira, encontrar sonidos nuevos y encontrar un discurso, que es muy importante para transmitir al público".
Lo que permanece invariable es precisamente la necesidad de salir a un escenario. "El ritual tiene que mantenerse. Es lo que sobrevive, a pesar de todo. Tenemos que luchar porque la cultura y el ritual sigan vivos. El motor está más caliente que nunca. Ahora es el momento de la revolución".
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