El toreo hiriente de Morante en Alicante y el alma al aire de Ferrera
Puerta Grande del extremeño y toreo de cante grande del sevillano.
27 junio, 2021 22:39Noticias relacionadas
Con un pantalón y americana de lino blanco, Morante de la Puebla tuvo el gusto de donar a la ciudad de Alicante un busto de bronce en homenaje a José María Manzanares. Obra de Martín Legares, la obra se descubrió después del sorteo en la Puerta Grande de la Plaza de toros de Alicante con la presencia de la hijas del maestro, su mujer y su nieta.
La Feria de Hogueras de este año en honor a Manzanares ha puesto en evidencia la admiración, la huella y el cariño que le sigue teniendo la ciudad que le vio nacer, crecer, tomar la alternativa y alcanzar la cumbre artística del toreo.
Con genio metió la cara el primer algarra en el capote de Ferrera, que dejó una media a pies juntos torerísima. Largo el puyazo y muy puro el par de Fernando Sánchez. Brindó al cielo el extremeño. En la primera serie los toques eran fuertes, de fijación. Y el trazo exigente. Molesto y geniudo el toro, que se defendió derrotando y pasando sin entrega alguna. Labor de lidiador y profesional solvente.
El cuarto tuvo nobleza y buen aire. Ferrera lo llevó al caballo galleando por chicuelinas mirando al tendido. Se desmonteraron Fernando Sánchez y Montoliu. Quitó por Chicuelo con la mano por donde Manzanares… Brindó a Yeyes, hija del maestro. Y toreó en honor al torero del Barrio de Santa Cruz. El medio pecho, el cite, las medias alturas… Hubo una serie al natural cristalina, pureza y expresión. Sentimiento desbocado en muñecas de seda. Y los de pecho, y los remates. Todo presidido por la torería.
Sin contar la espada, faena de dos orejas de muchísimo peso. Notable toro de Algarra, del que Ferrera pidió la cabeza. Ayer, cuando entró a la enfermería en Badajoz, le dijo al cirujano que hiciera lo que hubiera que hacer pero que el domingo toreaba en Alicante por Manzanares. Y por Manzanares toreó.
El segundo de la tarde, Trianero, apuntó muchas virtudes pero se lastimó durante la lidia. Al sobrero lo recibió Morante a la verónica con el aroma de lo exquisito. Se aplomó mucho el toro tras el puyazo. Dio la impresión que José Antonio iba a abreviar. Probón, mirón y sin clase ni entrega el de Algarra. Paciente el de La Puebla.
Ver torear a Morante duele. Te hiere. Te cruje. Te deja vacío y te llena de euforia. El arte sangra y la emoción chorrea. Te hace gritar. Te acelera el corazón y te sacude el alma. Fue una belleza ese prólogo por ayudados por alto, tan toreros. Es torera la forma de andar -nada nuevo- pero la de respirar también. Hubo pasajes de toreo en redondo sublimes, se paran los relojes y se alborotan las almas.
La cadencia, el compás, el ritmo del toreo rimado: en estrofas o en versos sueltos. El toreo deletreado. Al natural no puede haber más naturalidad. Más lentitud. Morante es un tesoro del toreo. Morante es una joya de la Cultura de España. José Antonio es un privilegio de los aficionados de esta época. Mate la que mate, vote a quien vote. Hoy mató la de Algarra, que es una ganadería excelente pese a los tres primeros. Vayan a verle. Vayan a gozarlo.
Juan Ortega hizo el paseo desmonterado porque se presentaba como matador en Alicante. Carne de matadero fue Matagallos, mortecina embestida, nula calidad. Para calidad, la asombrosa suavidad con la que Juan maneja capote y muleta. Hasta con el malo e infumable, el sello y la lentitud, y las formas, son encomiables. Sin embargo, escuchó los tres avisos y se dejó el toro vivo. Apático además de impreciso con el descabello.
El recibo a la verónica de Juan Ortega fue orfebrería pura. La verónica honda, sutil, mecida. Con la muleta no pasó nada.
La ficha
Plaza de toros de Alicante. Cuarta y última de feria y de abono. Corrida de toros. Domingo, 27 de junio de 2021. Se lidió un encierro de Luis Algarra, bien presentado, de juego dispar. Con genio el 1, desclasado el 2 bis, infumable el 3, excelente el 4, ovacionado en el arrastre, noble el 5, deslucido el 6.
Cerca de 4.000 personas, con el aforo limitado por las restricciones sanitarias derivadas del Covid-19.
-Antonio Ferrera, de turquesa y oro. Dos pinchazos y casi entera tendida y desprendida. Ovación. En el cuarto, pinchazo y estocada tendida trasera. Dos orejas.
-Morante de la Puebla, de burdeos y azabache. Media estocada. Palmas. En el quinto, pinchazo y media delantera. Oreja.
-Juan Ortega, de verde botella y oro. Tres pinchazos y varios descabellos. Silencio tras tres avisos. En el sexto, pinchazo y estocada baja. Silencio.