El día después de convertirse en la triunfadora de los premios Max, Asun Noales empieza a creerse "lo que era un sueño". Con el espectáculo estrenado en Elche La mort i la donzella se ha llevado tres galardones, empatando con Alfredo Sanzol.
Su camino la devuelve a la Comunidad Valenciana desde el teatro Arriaga de Bilbao, donde este año se organizaban los Max. Y antes de poder volver a su ciudad le toca parada en Valencia, donde volverá al Principal para actuar toda la semana.
"Estoy súper emocionada, con todos los muy que se puedan poner por delante de las sensaciones que he vivido, y muy recompensada por los muchos años de lucha", cuenta. Con las mejores coreografía, espectáculo de danza y diseño de iluminación para esta obra, siente "que es un gran reconocimiento para mí".
Desde Bilbao, y para toda España ha sonado el nombre de Elche, donde nació este montaje. Por eso recalca que "me siento orgullosa por haber apostado por trabajar en mi tierra, en Alicante y Elche. Y desde aquí, desde la periferia más absoluta, haber conseguido eso todavía me enorgullece más".
Puertas abiertas
"La apuesta por venirnos a la periferia fue mía porque barro para casa siempre e intento que las cosas sucedan aquí", reitera risueña. Y ese lugar es L'Escorxador, el centro de cultura contemporánea de Elche, donde ya reside habitualmente con su compañía OtraDanza.
Esta vez necesitaba una sala más grande, La Nau, porque quería tener la escenografía desde el principio. Consiguió esa solicitud y así se tiró meses trabajando con Luis Crespo, el otro candidato en esta ceremonia, para establecer el diseño de espacio escénico.
"Con Luis he trabajado meses y meses con la idea", recalca. Gracias a eso "marca la imagen porque está ese muro omnipresente". De él salen los bailarines entre las "muchísimas posibilidades" que le ha dado y a la que "le hemos sacado el máximo partido". Eso le genera "un corte en el espacio, como ese lado oscuro que hay ahí detrás". Lo único que faltó para una noche redonda es que Crespo también hubiera recibido su estatuilla. "Me dio mucha pena porque se lo merece", destaca.
Quien sí lo recibió y la acompañó en esta terna es su largo tiempo colaborador el también alicantino Juanjo Llorens. "Llevamos años trabajando y es un mago de la luz y tiene su ojo tan especial y creo que hacemos un buen tándem, me escucha mucho y aporta mucho", valora.
Hablando de equipo, ella sí pudo subir por dos veces al escenario vestida de Victoriano Simón, el diseñador del vestuario de La mort i la donzella. Un placer con el que remataba la noche. Esta espera que ahora sea la primera de muchas ocasiones en la que lleve la obra por muchas partes de España.
Estos premios, recalca, le permiten salir de lo local y lograr una visibilidad nacional. "Es un impulso que espero que se traduzca en trabajo para los intérpretes, proyección para la producción y que se debería de ver en todos los teatros. Me siento muy orgullosa de haber creado un espectáculo tan bonito", concluye.