Diana Raznovich (1945, Buenos Aires) sabe bien lo que es la censura. Esta dramaturga y humorista gráfica argentina tuvo que exiliarse a España en 1976, cuando el nuevo gobierno militar acababa de dar un golpe de estado que sembró de terror y muerte el país durante siete años. A ella no tardarían en prohibirle su teatro y su humor, por lo que no tuvo más remedio que huir a Madrid primero, y a Alicante después, donde reside las dos últimas décadas.
Por eso cree que lo que le ha pasado en Baleares también es censura. "No se puede llamar de otra forma", responde. Los hechos ocurrieron el pasado 26 de marzo cuando el gobierno autonómico de PSOE y Podemos aceptó retirar una de sus viñetas que se encuentran en la estación intermodal de Palma de Mallorca, dentro de su exposición 'Negar la violencia machista es bastante violento' sufragada por el Instituto Balear de la Mujer y la Consejería de Presidencia, Función Pública e Igualdad del Govern del archipiélago, en el marco del Pacto de Estado contra la Violencia de Género.
¿Por qué lo hizo el ejecutivo de Francina Armengol? Porque así se lo demandaron numerosos jueces de diferentes asociaciones y también presionó el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El cabreo de la adjudicatura era patente después de hacerse eco de una viñeta de Raznovich en la que un juez esgrimía una víctima de violencia machista: "¿Cómo voy a creer que su marido la maltrata si usted está viva?".
Da una "imagen falsa, trasnochada y estereotipada de la judicatura española", aseguraron varias organizaciones en una comunicado firmado por la Asociación Profesional de la Magistratura, el Foro Judicial Independiente, la Asociación Judicial Francisco de Vitoria y la progresista Jueces y Juezas para la Democracia.
"Dicha iniciativa cuestiona la independencia e imparcialidad de los/las jueces/zas y magistrados/as", aseguraba la Comisión Permanente del CGPJ, tras recordar que la mayor parte de los magistrados encargados de los Juzgados de Violencia sobre la Mujer son, de hecho, mujeres.
"Lo que ha pasado es que se han tomado la viñeta como una crítica generalizada a todos los jueces, cuando lo que refleja es la actitud invidual de un solo juez", señala la artista. "Otros viñetistas, directores de cine o escritores también han criticado a los jueces y no les han censurado, por lo que no tiene mucho sentido", se defiende. "Además, los jueces no son intocables", añade.
Por la izquierda
Diana Raznovich tampoco oculta su sorpresa de que haya sido un gobierno de izquierdas el que haya acatado la petición de retirada de su viñeta. "Es que es muy fuerte porque soy una persona que he trabajado de continuo con instituciones socialistas", afirma.
Y es que, sus viñetas sobre micromachismos están presentes en los autobuses urbanos de Elche bajo la campaña 'Manual de instrucciones para mujeres maltratadas'. Se trata de una iniciativa promovida por la Subdelegación del Gobierno en Alicante, es decir, por PSOE y Podemos y que también se pudo ver en formato de vídeo en el aeropuerto alicantino, pensado para las turistas e inmigrantes al estar en 12 idiomas.
"Llevo muchos años trabajando en una dirección para concienciar sobre esta lacra a través del arte, con el humor y como dramaturga", sostiene la premio Mujeres Progresistas en 2014 y Meninas de la Generalitat Valenciana en 2019 por su lucha por la igualdad.
Mientras ultima su cuarto libro de humor gráfico, 'El cliché de la felicidad', insiste una vez durante la entrevista que "la interacción con el público siempre ha sido positiva" porque "siempre me ha agradecido mi trabajo, cuando han visto mis exposiciones o escuchado mis conferencias".
"He encontrado complicidad a través de las risas de mi humor, lo que me ha permitido abordar cosas muy serias", añade. "Por eso insisto una vez más que deben reponer mi viñeta", concluye.