Los psicólogos alicantinos piden profesionalidad en las charlas escolares de educación sexual
No hay requisitos formativos para impartir estas charlas en los centros educativos y se depende de la voluntad del equipo directivo para impartirse.
8 julio, 2021 00:45Noticias relacionadas
Tan sencillo como que las charlas de educación sexual las impartan psicólogos especializados en sexología. Esa es la petición que lanzan desde el grupo de trabajo sobre esta materia del Colegio Oficial de Psicología de la Comunidad Valenciana para reivindicar su formación en una área cubierta habitualmente por el voluntarismo de personas no cualificadas.
Esta materia no está reglada como asignatura en el currículum educativo. Eso se traslada en que es el propio sistema el que tiene que educar en estos valores. Pero, y aquí está el problema, se plantea como un contenido transversal.
"Al ser transversal, se pierde", explica Iracy Llinares, la responsable de este Grupo de trabajo sobre sexualidad del COP de la Comunidad Valenciana sede Alicante. De hecho, la cuestión sobre si debe ser una asignatura o no divide a los propios psicólogos, como reconoce su compañero Jorge Pérez.
"Al final, es una amalgama de talleres en la que vienen de equis lugar a hablar sobre diversidad sexual, LGTBI, violencia de género, igualdad... De todas partes". Es decir, al ser la sexualidad un aspecto tan complejo, con tantas facetas, eso hace que se acabe abriendo la puerta a que entren talleres o charlas con entidades que las ofrezcan.
Exigir la formación
Sin embargo, no consta en ningún lado que se deba ser profesional para ello. "El requisito que se pide es que se tenga la capacidad para impartir formación", apunta. Y ahí pasa la responsabilidad a la Administración. "Los propios organismos deberían ser los que valoren que el profesional que entre en el instituto sea alguien especializado".
El psicólogo en el ámbito educativo pertenece al departamento de orientación, explica Llinares. "Ese es el lugar en el sistema. Y desde este departamento puede indicar adaptaciones curriculares o solicitar que se haga educación sexual y ver qué organismos lo imparten". Eso, teóricamente. Porque en la práctica es la dirección del instituto la que por voluntad propia plasma lo que se dice en esa teoría.
Eso le da pie a una comparación clara. "¿Tú a quién dejas entrar a tu casa? En este caso tendría que ser alguien con formación. Las entidades u onegés pueden tener a quien quieran" pero para lo que es dar estas charlas en institutos y escuelas "el personal más adecuado, perdona que barra para casa, es el psicólogo-sexólogo".
Al no ser una asignatura, Llinares cree que carecen de la fuerza para reivindicar un aspecto que ven necesario y que ni se plantearía en cualquier otra materia. Un problema que Llinares concede que "es la propia sexología la responsable de verse en la situación en la que está".
El problema
Dejar que estos contenidos los divulguen "personas no especializadas, aunque sea con la buena voluntad, y que las dejen entrar en colegios o institutos se vuelve en nuestra contra como sociedad formada". Eso, añade, hace que las funciones se confundan.
Un apartado más grave es que como denuncia Llinares "afecta a la credibilidad del contenido". ¿En qué sentido? "Que no la esté impartiendo profesionales de la sexualidad hace que se convierta en un asunto de opinión en boca de todo el mundo y que todos saben de género y sexo".
A ese problema se refiere también Pérez, haciendo referencia al reciente asesinato de Samuel Luiz y el debate sobre cómo se aborda la educación LGTBI. "La sexología es la ciencia y profesión más adecuada para la prevención de la homofobia. Necesitamos una mayor presencia de esta profesión en nuestras instituciones y sociedad".
Se acaba creando una situación de intrusismo de libro. Un aspecto en el que parece que no se oigan voces de las instituciones que más interesadas deberían estar. Cada vez son más las universidades que ofrecen psicología y las maestrías de especialización, "pero ¿y luego están los puestos de trabajo? Hay que luchar por la sexología educativa".
"La sexología te ofrece dos salidas: la educación sexual y la terapia sexual. Es una especialidad, un posgrado. Y para acceder tienes que tener unos estudios universitarios. En el sistema educativo lo más adecuado es que entren personas relacionados con ello. Eso es lo que creemos", concluye.