El CBM Elche Visitelche.com siempre mantuvo un romance especial con la Copa de la Reina, torneo en el que tradicionalmente compitió y protagonizó alguna que otra gesta. Pero nada comparable a lo vivido en los dos últimos años. En 2020, el equipo se coló, por primera vez en su historia, en la final de Málaga para caer ante el anfitrión. Un año después, el Elche, ya con la lección aprendida y experiencia acumulada en la mochila, alcanzó la gloria en Telde al levantar el primer título oficial de su historia.
Este viernes, el conjunto de Joaquín Rocamora comienza la defensa del título en San Sebastián, la guarida del Bera Bera, el gran dominador de la competición española que busca en casa el título que se le ha escapado en los últimos años. El primer escollo en el camino hacia una nueva final es el Unicaja Banco Gijón (13:00 horas), una de las revelaciones de la competición.
La eliminatoria parece, a priori, la más equilibrada de los cuartos de final. Ambos equipos se reparten victorias en la Liga esta temporada. Las asturianas, que llegaron a perfilarse como aspirantes al título durante un tramo de la competición, han perdido algo de efectividad en los últimos meses, aunque a un partido, como cualquiera de los otros siete equipos que hay en la competición, son muy peligrosas.
"Ganará el equipo que sepa llevar el ritmo del encuentro. Influirá qué portería esté más acertada y la capacidad para jugar los momentos decisivos. Será un partido de pequeños detalles", avisa Rocamora, quien, fiel a su costumbre, no mira más allá del partido ante el Gijón.
El conjunto ilicitano afrontará el torneo, al que también se desplaza su equipo cadete para jugar la Mini-Copa, sin dos de sus principales argumentos ofensivos. Ivet Musons y Elena Martínez se perderán la cita por lesión, por lo que el Elche pierde bastante poder intimidatorio en ataque, por lo que Rocamora, una vez más, tendrá que sacar de su pizarra una estrategia colectiva para minimizar estas ausencias.
El entrenador, pese al hecho de haber disputado las dos últimas finales, no considera favorito a su equipo. "Estamos fuera de las quinielas", señala el oriolano, quien traslada toda la presión al conjunto anfitrión. Sin embargo, no niega que sus jugadoras están capacitadas para pelear por la corona, aunque matiza que "como cualquiera de los equipos que van a participar". "Ya lo demostramos nosotras el año pasado", recuerda el técnico.
Rocamora vive esta competición "día a día", por lo que ni siquiera se plantea lo que le espera a su equipo, Rocasa, tradicional bestia negra, o Málaga, su verdugo hace dos años en la primera final, en el caso de alcanzar una nueva semifinal. "Solo esperamos estar en el segundo día de competición. Es lo que nos ha ido bien en los últimos años. Ni mirar más allá", sentencia.