El EÓN Horneo Alicante busca golpear primero en su batalla por el ascenso ante el Sinfín

Ya están aquí los partidos con los que ha soñado el EÓN Horneo Alicante y sus aficionados desde hace meses. El equipo que entrena Luis Parro está a 120 minutos de dar el salto a la Liga Asobal y de devolver a la ciudad de Alicante a la máxima categoría del balonmano español más de tres décadas después.

Este miércoles (21:00 horas, Pabellón Felicísimo Ruiz de Maristas) afrontará el primer partido de la promoción ante el Unicaja Banco Sinfín de Santander. Este rival salvó el descenso en la última jornada y para el que la promoción de permanencia, en su caso, es una vida extra tras una discreta temporada en la que, durante muchos meses, se vio con pie y medio en la División de Honor Plata.

En las promociones suelen importar más las dinámicas que las plantillas y, si se confirma en esta ocasión la tendencia, el EÓN parte con ventaja. El grupo que dirige Parro, que parecía desahuciado para la lucha por el ascenso en marzo, llega a este último baile tras haber enlazado tres victorias consecutivas y haber ganado en seis de sus últimos siete partidos. Además, en el coqueto pabellón de Maristas ha encontrado su hábitat natural, ya ha vencido todos sus partidos disputados en el recinto, donde la afición, y no es un tópico, también juega el partido.

No será esta promoción un problema de experiencia para el EÓN, que también en eso puede mirar de tú a tú al conjunto cántabro. Jugadores como el portero Kiko Padilla, quien ya logró subir a Asobal con el Benidorm, y otros una gran experiencia en la elite como el chileno Emil Feuchtmann, David Jiménez, Dídac, el brasileño De Novais o Mirallave están ante la oportunidad de devolver al balonmano alicantino a lo más alto.

Cara o cruz

Parro, que ya sabe lo que es ascender a Asobal en una promoción, aunque en su etapa como jugador del Altea, considera que la eliminatoria es un "cara o cruz" al que el EÓN llega "con ganas, ilusión y en línea ascendente". El técnico apenas ha tenido dos días para preparar el partido de ida, pero no se queja, porque es uno más de los que ha tenido su rival, que además ha tenido que viajar desde Santander.

"Veo al equipo consciente de lo que se va a jugar y se respira en el ambiente lo que está en juego. Espero un pabellón a reventar", añade el entrenador, quien confió en ganar este primer duelo, si bien recordó que la batalla es "a 120 minutos", por lo que no se decidirá hasta el compromiso del próximo sábado (18:00 horas) en Santander.