El Hércules salva con nota su primer partido al filo del abismo ante el Lleida y se gana la posibilidad de llegar a la pantalla final, donde le espera el Llagostera en un duelo ya sin red de seguridad y que el conjunto alicantino está obligado a ganar para salvar la temporada.
Todo lo que no sea sumar los tres puntos significará dar un paso atrás en la jerarquía del fútbol español y caer hasta su cuarto peldaño, la peor situación deportiva de siempre.
A lomos de Abde
Para llegar a esta final, el Hércules Club de Fútbol tuvo que liquidar con precisión y buen juego al Lleida, equipo que ya queda fuera de toda aspiración. De nuevo, el conjunto de Manolo Díaz cabalgó a lomos de Abde para romper un partido que, pese al dramatismo y la tensión, encaró bien y despidió mejor, ya que los dos espectadores que acudieron al Rico Pérez despidieron a su equipo con una sonora ovación.
El joven extremo marroquí volvió a frotar la lámpara para regalar uno de esos goles de época en el Rico Pérez. Antes y después de esa acción, Abde encandiló a los aficionados con su habitual verticalidad, salpicada de amagos y desbordes imposibles. Manu Garrido, poco antes del descanso, y Pedro Sánchez, de nuevo en su mejor versión, ya en la segunda parte, firmaron la victoria, maquillada apenas por el Lleida con su gol.
Dosificar jugadores
Tuvo tiempo Manolo Díaz de dosificar jugadores para la última batalla y de intentar recuperar a otros para la causa, como Diego Benito o Erice. Cualquier ahorro de energía será necesario porque en apenas tres días el Hércules se la jugará en un escenario incómodo y en un mal horario (12:00 horas).
“Hemos demostrado que estamos capacitados para ganar en Llagostera”, dijo el entrenador a la conclusión de un partido. De hecho, hace apenas dos semanas el Hércules ya pasó por encima del conjunto catalán en otra de esas benditas tardes de Abde.