Miguel Marí, en el nombre del padre y del Hércules

Otro Miguel Marí para el Hércules, aunque en esta ocasión lejos de la portería. El conjunto herculano ultima la contratación del centrocampista del Deportivo Eldense, hijo del que fuera guardameta del equipo alicantino en la década de los 90 y hermano de Alberto, actual atacante del Valencia, formado en la cantera del Rico Pérez.

Miguel Marí lleva en la órbita del Hércules desde hace tiempo. El secretario técnico, Paco Peña, que lo tuvo a sus órdenes en el Intercity, quiso incorporarlo al club blanquiazul en el mercado invernal del pasado año, pero la dinámica errática del Hércules frustró la operación.

El centrocampista, de 26 años, destacó desde muy joven, llegando a firmar por las categorías inferiores del Valencia y del Inter de Milán, con cuyo primer equipo llegó a disputar algún encuentro amistoso. Posteriormente pasó por el fútbol formativo del Real Valladolid y por el Eibar, con el que llegó a debutar en Primera División en la temporada 2018-19.

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Del conjunto vasco pasó al Orihuela, al que no pudo ayudar a evitar el descenso, y posteriormente firmó con el Intercity, con el que logró un ascenso a Primera Federación en su primer año y la permanencia el pasado curso.

Esta temporada, el alicantino sólo ha participado en tres partidos de Liga, el último de ellos en noviembre. Miguel Marí es un centrocampista creativo y con gol, por lo que está llamado a darle un salto de calidad al equipo en su zona de creación.

El jugador tenía ofertas de otros clubes de superior categoría, pero el cariño al Hércules y la posibilidad de ayudarle a salir del pozo le han hecho decantarse por la oferta blanquiazul. Marí llegará, en principio, como cedido, aunque existe la posibilidad de que el Eldense incluya una opción de compra o de compensación económica en el caso de lograr el ascenso.

Antecedentes

Su padre ya logró marcar una época en el Hércules a pesar de la enorme competencia que encontró siempre con guardametas como Valerio, Abellán, Falagán, Huard o Rufai, entre otros. Consiguió ascender a Primera como campeón de Segunda en la inolvidable temporada 1995-96. En la máxima categoría fue uno de los protagonistas de la inolvidable victoria en el Camp Nou ante el Barcelona (2-3), en la que el equipo alicantino remontó un 2-0 en contra.

Posteriormente, Miguel Marí pasó al Alicante, con el que logró un ascenso a Segunda B, y colgó los guantes, precisamente tras un partido ante el Hércules (2-2). Su última parada como profesional fue atajar una pena máxima, en el tiempo de descuento, al que fue su equipo de toda la vida.

El pequeño de la saga, Alberto, también tiene un pasado blanquiazul en la sangre, ya que formó parte de la cantera herculana. El pequeño de los Marí destacó en las categorías inferiores por su calidad y olfato goleador. Formó parte del equipo cadete campeón provincial en el que también jugaba por aquel entonces un medio centro espigado, Carlos Mangada, futuro compañero de su hermano.