La aceleración del cierre de oficinas bancarias a raíz de la pandemia cada vez afecta a más municipios del país. La banca digital, las fusiones entre entidades y, sobre todo, la reducción de costes para aumentar los beneficios ya han provocado el cierre de la mitad de las sucursales desde la gran crisis de 2008, de 48.000 se ha pasado a 25.000 y bajando, según datos del Banco de España.
Hasta hace unos años, la exclusión bancaria era un término que se tendía a asociar a los pueblos, quedando la mitad de los pequeños municipios de España sin ningún banco (donde existe mayor concentración de personas mayores, intervalo de la población con menor acceso a internet), como refleja un reciente estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) para la Fundación Ramón Areces.
Este informe cifraba en 1,4 millones los habitantes perjudicados por el cierre bancario, afectando tanto a las comunidades autónomas de interior, sobre todo Castilla y León, como a las costeras. Solo en la Comunidad Valenciana 249 pueblos se han quedado si acceso a la banca, casi 139.000 personas.
Y en esta deriva, le ha tocado el turno a El Altet, una de las pedanías más pobladas de Elche (6.000 habitantes en invierno) que multiplica por tres su población en verano cuando, junto con el núcleo poblacional de Arenales de Sol, se superan los 20.000 veraneantes.
Así que, salvo cambio de parecer, el banco Sabadell desapareceré este verano de El Altet donde su oficina ya ha anunciado a los clientes que baja la persiana a mediados de julio, es decir, en pleno periodo estival.
Cartas al director
Las reacciones no se han hecho esperar. Primero la Asociación de Comerciantes y este miércoles el alcalde de la ciudad, Carlos González, han remitido sendas cartas al director regional Jesús Cifuentes, "para que reflexione sobre la decisión que pretenden adoptar y que opten por mantener la actividad en la actual sede", situada en la Avenida de Cartagena.
Desde la organización de comerciantes explican que les han llegado muchas quejas de usuarios de esta entidad, que ahora no les va a quedar más remedio que tener que coger el coche para ir a las oficinas de Torrellano o Gran Alacant; o cambiarse de banco, porque en El Altet siguen quedando oficinas de Caja Rural o la Caixa, entidad que este miércoles estuvo cerrada por la huelga de trabajadores contra el anuncio de casi 7.000 ERE por parte de la dirección de la empresa.
"Solo pedimos unos servicios mínimos", reclama Ángel Jesús Soler, miembro de la Asociación de Comerciantes, "porque hay trámites que no se pueden hacer por internet", añade. "Aunque particularmente creo que no hay nada que hacer, el Sabadell es un banco de empresas y esta oficina, que lleva muchos años aquí, se caracteriza por tener a clientes pequeños, abuelos o pequeños autónomos, y no les debe de importar mucho", se lamenta.
Por su parte, el primer edil del PSPV-PSOE ha trasladado al director que “la desaparición de este servicio será sin duda recibida como un agravio por los vecinos de esta pedanía ya que sus más de 6.000 habitantes cuentan desde hace muchos años con la presencia de una entidad bancaria que les presta los servicios financieros más habituales de manera presencial”.
En este sentido, el alcalde ha destacado que “la decisión de mantener la oficina servirá para atender la demanda ciudadana, evitará innumerables molestias con los clientes de su entidad y supondrá un incremento muy apreciable en la imagen institucional del banco Sabadell”.
Descontento con los bancos
A este respecto, los movimientos bancarios para adelgazar sus estructuras no están sentando bien a los clientes, según una encuesta reciente de la Unión de Consumidores de la Comunidad Valenciana. El estudio refleja que más de la mitad de los ciudadanos consultados, el 54,2 %, está descontento por la reducción del número de oficinas.
Asimismo, también la mitad de los encuestados ha cambiado o pensado en cambiar de banco en los últimos seis meses debido a la mala atención o por el incremento de comisiones.
Arenales lo logró
Pese al pesimismo que parece inundar a El Altet, existen precedentes cercanos que invitan a la esperanza, aunque solo sea para tener un cajero automático. En la vecina Arenales, sin ir más lejos, las quejas de los vecinos, que reunieron 1.800 firmas tras dos años de reivindicaciones, así como la posterior presión del consistorio, llevaron a Caja Rural a poner un cajero en 2017, instalado en una oficina municipal.
El efecto contagio hizo que Targobank pusiera otro cajero en la plaza Victoria de Arenales en 2019, aunque no está en funcionamiento en la actualidad, explican fuentes de la asociación vecinal, las cuales han venido históricamente denunciando la falta de servicios en Arenales, donde se espera que se derrumbe en las próximas semanas el único hotel que albergó esta playa.